La demora de los vuelos

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La demora de los vuelos

El costo de oportunidad de lo que un ser humano podría estar haciendo en el campo de las actividades productivas o en el plano de lo familiar es aquél que representa lo que podríamos hacer en lugar de aquello que hacemos por nuestra voluntad, o no.

No es un término complejo el del costo de oportunidad, porque también lo podemos interpretar como lo que dejamos de ganar económicamente por estar aplicando nuestro tiempo en alguna actividad.

Habrá muchos profesionistas subempleados que tiene un alto costo de oportunidad. Hay taxistas que tienen carreras profesionales y que hasta han sido escritores o lo siguen siendo sin que se les publiquen sus obras: su costo de oportunidad es alto.

En México hay mucho tiempo perdido involuntariamente por parte de los clientes de aerolíneas comerciales mexicanas.

Es casi una regla no escrita que los aviones tengan retraso de una o dos horas no solamente en vuelos desde la Ciudad de México, sino desde otras ciudades.

Fuera de México, sólo en la India he padecido de la desfachatez y prepotencia de las aerolíneas locales mexicanas a las que no les importa el costo de oportunidad que representa para los pasajeros el perder muchas horas por el retraso de vuelos, lo que significa un efecto multiplicador en relación a las actividades que dejan de hacerse, incluyendo reuniones laborales o familiares que representan un costo económico.

He fantaseado en torno a la manera que deberíamos actuar las víctimas de la ineficiencia que muestra la aviación comercial mexicana. En vez de gritos y rechiflas, qué tal si de pronto todos aplaudiéramos estoicamente en señal de presión.

Los problemas de aviación comercial en México incluyen también los aeroportuarios. Se comprende que la demanda de boletos de avión por parte de los clientes es muy alta y que aeropuertos como el de la Ciudad de México ya no responden eficazmente a dicha demanda. También se comprende que en ocasiones por mal tiempo los vuelos se demoren.

Lo que es incorrecto es que de pronto borren de las pantallas la evidencia del gran desfase de tiempo que hay entre el horario agendado de despegue de los aviones y la hora real de salida. Esta situación se padece en casi todas las aerolíneas mexicanas independientemente si son las de alto o las de “bajo costo”.

Recuerdo haber presenciado en el aeropuerto de la Ciudad de México una inusual marcha de empleados protestando por la posible incursión de aerolíneas extranjeras en destinos nacionales, pero tal vez esa sea la única manera en que, al tener competencia eficiente, el servicio de las aerolíneas locales mejore y sea digno.

Recientemente se reformó y se hicieron adiciones importantes a la Ley de Aviación Civil fechada el 27 de abril, con lo que se espera que 90 días después se tengan las precisiones de cómo se sancionarán los desfiguros de servicio aéreo en México. Prácticamente, a finales de este mes tendremos esa información aunque desconozco si tendrá efectos retroactivos.

Lo cierto es que en el vuelo VB1127 Chihuahua-Monterrey de las 16:15 horas del día jueves 13 de julio de VivaAerobus hubo un retraso de casi cuatro horas y media, y que una gran cantidad de pasajeros vimos afectado nuestro costo de oportunidad por esta situación. La empresa no aclaró el estado de cosas, aunque ocurrió que las personas aplaudimos cuando nos avisaron que por fin deberíamos hacer las filas para acceder a nuestro vuelo.

Peor escenario sufrieron los pasajeros de esta misma aerolínea que debieron salir el viernes 14 de julio a las 11:55 horas en el vuelo VB1133 destino Culiacán-Monterrey y que esperaron hasta las 00:45 horas del sábado 15 de julio para poder tomarlo.