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Descubren borrador de pesares
Por: OMNIA
Karim Nader, un neurólogo estadounidense, ha llegado a una asombrosa conclusión: los recuerdos no quedan fijos de manera permanente una vez que son archivados en el cerebro. Por lo menos eso es lo que se había creído hasta ahora.
Como todos sabemos, muchos recuerdos pueden ser recuperados de la memoria, lo impresionante es que esos recuerdos pueden ser modificados y almacenados de nuevo, e incluso pueden ser borrados por completo.
Este planteamiento ha estremecido a los científicos acostumbrados a pensar que los recuerdos nunca podían ser cambiados y mucho menos borrados totalmente.
Algunos hechos básicos acerca de la memoria son claros. Por ejemplo, su memoria de ‘corto plazo’ es como el RAM de una computadora: registra la información que usted le proporciona en el momento. Pero toda esa información se pierde si usted apaga su computadora sin ‘salvar’ lo que le interesa.
Lo mismo sucede con la información irrelevante que llega a su cerebro: se evapora en cuestión de horas o días si usted no le da ninguna importancia. Algo parecido es lo que ocurre con lo que llaman ‘memoria de corto plazo’.
Pero los recuerdos de ‘largo plazo’, entre los cuales se encuentran los amores y temores del pasado, permanecen durmientes hasta que usted los llama.
Y aquí es donde el cerebro es verdaderamente ingenioso. Cuando sucede algo grave, importante, destacado o significativo —el primer beso, el nacimiento de su primogénito o una caída de su bicicleta cuando usted era niño— ciertas hormonas alertan a la amígdala, el centro de control emocional del cerebro, la cual asegura que ese evento en particular quede incrustado para siempre en lo más profundo de la mente.
El cincel cerebral
Recuperar un viejo recuerdo puede ser divertido, pero también puede enfrentarnos a episodios desagradables —un secuestro, un robo, una violación— que pueden perturbar nuestra vida y en algunos casos conducir a lo que se conoce como ‘síndrome postraumático’.
Para tratar este problema, los psiquiatras aplican la llamada ‘terapia conductual’, mediante la cual le inducen a recordar una y otra vez los detalles de una tragedia, digamos un accidente automovilístico, e incluso visitar el lugar del accidente para lograr que el paciente se vuelva inmune a lo sucedido.
Pero ese tratamiento no elimina el viejo recuerdo. En lugar de eso, los pacientes forman un nuevo recuerdo del evento, que les permite aceptarlo como algo menos traumático.
Pero la ‘terapia conductual’ funciona sólo en el 50 por ciento de los pacientes.
La pregunta que se hacen ahora los investigadores es ¿y si el recuerdo pudiera ser borrado por completo? ¿Puede un recuerdo ser modificado, ‘reacomodado’ y vuelto a almacenar?
Fue en este punto en donde a Karim Nader se le ocurrió llevar a cabo un experimento con ratas para examinar la posibilidad de borrar un recuerdo. “Es una locura, nunca funcionará”, le dijeron sus colegas.
El experimento
Usando una técnica llamada ‘condicionamiento del temor’, Nader expuso un grupo de roedores a un sonido particular, seguido de una descarga eléctrica.
Después de someter los roedores a varios de estos episodios, los animalitos quedaron condicionados a asociar el sonido con la descarga eléctrica.
Ahora, cada vez que las ratas escuchaban el sonido, se ponían a temblar de terror, porque lo asociaban con la descarga eléctrica. Esto demuestra que las ratas habían formado un recuerdo.
Nader asegura que para que un recuerdo sea ‘consolidado’ (es decir, para que evolucione de una información inestable y de corto plazo, a una información estable y de largo plazo) debe pasar por un proceso químico cerebral llamado ‘síntesis de proteína’, el cual se lleva a cabo en la amígdala, el centro de los recuerdos.
Nader inyectó a las ratas con una sustancia que impide la ‘síntesis de proteína’ en la amígdala. De esta manera podía bloquear el recuerdo del temor desarrollado por las ratas, de modo que éstas ya no se asustaran al escuchar el sonido asociado a la descarga eléctrica.
Y funcionó. Catorce días después de estar recibiendo la sustancia, las ratas se mostraron totalmente indiferentes al sonido relacionado con el temor.
Ahora con humanos
La sustancia usada por Nader para borrar el recuerdo traumático de las ratas fue el propranolol, un medicamento que usted puede encontrar en la farmacia (el propranolol está indicado para una amplia gama de problemas médicos, desde hipertensión y migraña, hasta temblores y ansiedad).
Considere el caso de Jorge Cantú, de 43 años, quien se inscribió para una prueba con el propranolol.
Hace 12 años dos sujetos robaron la tienda de alimentos para mascotas donde Cantú era el gerente, lo golpearon en la cabeza y lo dieron por muerto.
Durante años, él tuvo pesadillas, temores y alucinaciones. Incluso llegó al punto de terminar con su novia, dejó el trabajo y se aisló en su casa.
Usualmente optimista, Cantú se volvió depresivo.
Karim Nader, el neurólogo, le pidió a Cantú que pusiera por escrito los detalles de aquel asalto traumático. Luego, una vez a la semana durante seis semanas recibió una dosis de propranolol, un relajante de los vasos sanguíneos que reduce el ritmo cardíaco y disminuye la presión arterial (el propranolol viene en tabletas y en cápsulas de liberación prolongada). Nunca tome este medicamento sin hablar antes con su médico.
A la quinta semana de estar tomando el propranolol, Cantú notó un cambio. “De repente, dejé de sentirme incómodo al pensar en aquel asalto. Era como si alguien hubiera vaciado una cubeta de agua fría sobre ese capítulo ardiente de mi vida”, dice él.
Lo que es fascinante acerca de esta investigación es cómo actúa el propranolol en la geografía de la memoria…
Los detalles de lo que sucede son almacenados en la parte del cerebro conocida como hipocampo. Pero el trauma emocional del mismo evento es almacenado en la amígdala.
Lo que hace el propranolol es borrar la parte atemorizante de un evento traumatizante, pero deja intactos los detalles de lo que realmente sucedió.
¿Es el propranolol la mejor terapia para borrar los recuerdos traumatizantes? Según Karim hay algunos analgésicos que lo superan.
¿Es ético todo esto? ¿Borrar los recuerdos no implica entrar en un territorio peligroso? “Es necesario seguir con la investigación”, admite Karim Nader. “Por el momento habrá bastante trabajo para mis estudiantes”, dice. (Europa Press)