America First?
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America First?
‘Con el eventual cambio de localización de la armadora, todas esas materias primas, partes y componentes serán producidos y proveídos en Asia, sustituyendo una gran cantidad de proveedores asentados en los EU’
Este año la vigésima quinta conferencia anual de la Asociación Internacional de Insumo Producto, de la cual formo parte, se celebró en Atlantic City, Nueva Jersey, en las instalaciones del Casino Resorts, justo a un costado del Trump Taj Mahal. Ambos casinos formaban parte del antiguo imperio del Agente Naranja, quien a través de la compañía Trump Hotels & Casino Resorts llegó a poseer una cuarta parte de estos templos del “entretenimiento y los juegos de azar”.
Atlantic City, una mala copia de las Vegas, se convirtió en el Waterloo del rabioso anaranjado y en un sitio que las organizaciones académicas aprovechan para organizar reuniones a precios accesibles, pues como reza el refrán: la necesidad obliga (en este caso la sobrevivencia de los negocios del juego, que ven la oportunidad de incrementar su ocupación ofertando espacios a precios bajos para la organización de estos eventos).
Este año, dos de las tres conferencias magistrales fueron impartidas por funcionarios de las agencias estadísticas de dos organizaciones internacionales: la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y las Naciones Unidas. Ambos ponentes se enfocaron a describir los cambios que el acelerado proceso de globalización económica está impulsando en la manera como se generan y difunden las estadísticas económicas internacionales. Ivo Havinga, de la División de Estadística de la ONU, fue el encargado de cerrar el programa de exposiciones plenarias, con una plática sobre los cambios en ciernes en los sistemas de cuentas nacionales, los cuales experimentarán en los próximos años una verdadera revolución, pues para dar cuenta de la naturaleza de los fenómenos económicos contemporáneos, las cuentas nacionales ya no son suficientes, pues una parte cada vez más importante de la elaboración de bienes y servicios se lleva a cabo a través de lo que se conoce como cadenas globales de valor. Estas cadenas trasminan las fronteras nacionales en múltiples direcciones.
La primera diapositiva de la presentación de Ivo Havinga reproduce un fragmento de una nota de prensa, fechada el 22 de junio del presente, apenas un día antes de su plática y publicada en Americas Quarterly bajo la firma de Shannon O’Neil. Vale la pena reproducir el encabezado y un par de párrafos, pues nos ilustran claramente cómo funcionan las cadenas de valor y la forma en que toman decisiones las compañías globales.
La cabeza: “Si el TLCAN termina, el movimiento de Ford a China será sólo el inicio”. La traducción al vuelo de los dos primeros párrafos es la siguiente: “Ford anunció esta semana que en lugar de fabricar sus nuevos Focus (el auto más vendido del mundo) en una nueva planta de mil 600 billones de dólares localizada en México, embarcará los autos a los consumidores de Norteamérica desde China”.
Va el segundo: “Ford había prometido que su decisión no reduciría los puestos de trabajo en los EU. Sin embargo, aun y cuando esto sea cierto en el caso de la armadora, los trabajadores americanos saldrán perdiendo. Hoy día, el compacto Focus se fabrica con acero de Wisconsin, ejes de Oregon, cinturones de seguridad de Indiana, ‘grills’ de Michigan, sensores de presión de llantas de Tennessee, front-side shafts de Carolina del Norte y Ohio, y la liste sigue y sigue.
Con el eventual cambio de localización de la armadora, todas esas materias primas, partes y componentes serán producidos y proveídos en Asia, sustituyendo una gran cantidad de proveedores asentados en los EU. Estas empresas seguramente tendrán que ajustar sus plantillas de personal, provocando la pérdida de muchos empleos. En tanto, si la planta que estaba programada para trasladarse de Michigan a México hubiera prevalecido, también lo harían los empleos en buena parte de la cadena de proveeduría establecida en EU, pues cerca del 40 por ciento del valor de los vehículos ‘hechos en México’, proviene de factorías cuyas plantas y oficinas están ubicadas en los EU. Para los productos importados desde China –como el nuevo Ford Focus que aparecerá en el 2019–, la proporción es de apenas el 4 por ciento”.
El ambiente en Atlantic City es bastante decadente, las máquinas de monedas deslumbrantes de luz, ruido y colores están ocupadas en su gran mayoría por pensionados, varias propiedades están abandonadas y en franco deterioro, fuera del Boardwalk, una amplia plataforma de madera a un costado de la playa, en las calles aledañas los peatones se cruzan con personas drogadas que los abordan para pedirles dinero.
Atlantic City puede ser una premonición de que le puede ocurrir a los EU y a sus vecinos, es decir, a nosotros, si el Agente Naranja de aferra a su idea de America First! (América soy yo), el resultado efectivo puede ser la decadencia del imperio. Como decía mi tía Pepa: “Ya Dios dirá”.