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El pago de intereses, pensiones y participaciones estrangula al gasto
En el primer cuatrimestre del año, los recursos que se destinaron al pago de intereses por el endeudamiento del gobierno federal, el pago de pensiones y las participaciones que se entregaron a estados y municipios absorbieron 40% del gasto neto pagado del sector público.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), esta proporción ha venido en aumento, ya que en el mismo periodo del 2016 significó 35.3% del gasto neto del sector público y para el 2015 la relación era de 31.9 por ciento.
Entre los tres compromisos se destinaron 627,452.6 millones de pesos, un incremento de 11% real, respecto de lo que se gastó en los primeros cuatro meses del 2016.
Las participaciones que se entregaron a las entidades federativas representaron de este total 43% a sumar 267,539 millones de pesos, que significó un incremento real anual de 9.5 por ciento. En tanto, 37% lo representó el pago de pensiones y jubilaciones con un monto de 231,139 millones de pesos, un incremento real anual de 2 por ciento.
Con respecto al costo financiero de la deuda —pago de intereses— se pagaron 128,479 millones de pesos, 37.4% mayor a lo que se destinó en los primeros cuatro meses del 2016. Además, representó 21% del gasto que se destina a dichos rubros.
Presión a las finanzas
Expertos coinciden en que los recursos que se destinan a estos tres rubros están “estrangulando” al gobierno federal, ya que representan una fuerte presión a las finanzas públicas del país y le quitan margen de maniobra para hacer más eficiente el gasto público.
“Estos gastos son irrenunciables, el gobierno no puede dejar de pagar pensiones, ni intereses y por ley tiene que entregar recursos a los estados y municipios. Son gastos que están creciendo, que generan una fuerte presión y que el gobierno está comprometido a pagar”, expuso Raymundo Tenorio, economista del Tecnológico de Monterrey.
Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP) comentó que, además de las participaciones que se entregan a los Estados y municipios, también las aportaciones (Ramo 33) que se entregan son ineludibles.
“El problema entre participaciones-aportaciones, servicio de deuda y pensiones nos puede meter en un problema (...) lo que estamos viendo con estos gastos que crecen y crecen es a un gobierno federal que queda estrangulado totalmente”, afirmó.
En el 2018 no habrá remanente
Villarreal advirtió que, para el 2018, estos compromisos absorberán mayores recursos y si el gobierno federal no logra la recaudación que estima en los Precriterios, tendrá que seguir recortando diferentes rubros del gasto programable.
Según datos de la SHCP, para el próximo año, el costo financiero de la deuda se incrementará 0.3 puntos porcentuales del PIB, pasando de 2.7% —que prevé para el cierre del 2017— a 3 por ciento. Mientras que las participaciones representarán 3.7% del PIB.
“Vamos a llegar al 2018 sin un salvavidas llamado remanente de operación; esta idea de tener un superávit para el 2018 no va a ocurrir y hay rubros que están muy castigados y que ya no se pueden recortar. Entonces, ¿cómo le van a hacer para cuadrar el 2018? Se ve en chino”, expresó el director del CIEP.
Finalmente, Enrique Cárdenas, director general del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, agregó que la reforma en pensiones fue el principal pendiente que dejará el sexenio de Enrique Peña Nieto.
“El gasto en pensiones ha crecido en promedio cada año 7.8% en términos reales, es muchísimo. En el 2012 representaba 2.4% del PIB, en el 2016 era de 2.9% y para el 2030 llegará a 4% del PIB. Entonces, es un gasto que no puede evitarse”.
Objetivo: aprovechar bajas tasas y alargar el pago
Proponen recalendarizar el pago de intereses
El pago del servicio de la deuda absorberá más recursos este año por los incrementos en las tasas de interés y la volatilidad que se vea en el tipo de cambio, consideró Raymundo Tenorio, economista del Tecnológico de Monterrey.
“Según los Precriterios de Política Económica, se pagarán 25,900 millones de pesos más de lo que se espera pagar en este año. Ello podría implicar que se dejen de destinar mayores recursos a rubros como educación o salud”.
Indicó que una opción que tendría el gobierno federal para disminuir la presión de este pago es recalendarizando el pago de la deuda, es decir, que aproveche que todavía hay bajas tasas y que busque renegociarla, o bien, podría alargar el pago de ésta.
Asimismo, Tenorio comentó que la mejor manera de reducir los gastos que se destinan a participaciones es obligando a los estados a que realicen una reforma en su sistema fiscal.
“Hay gobiernos que sí han hecho esfuerzos por mejorar su recaudación, pero hay otros a los que ya se les hizo costumbre estirar la mano a la Federación (...) No se trata de incrementar el impuesto de predio, sino de cobrarlo mejor para que mejoren sus ingresos.