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La moneda venezolana se devalúa un 63%
El Banco Central de Venezuela (BCV) ha anunciado el nuevo precio de una de las dos tasas de cambio oficiales, después de reestructurar por séptima vez el control de cambios que rige en el país sudamericano desde febrero de 2003. La nueva paridad cambiaria del llamado Sistema Complementario de Divisas (Dicom) es de 2.010 bolívares por dólar, lo que representa una devaluación de 63,9% respecto a la cotización previa (728 bolívares por cada moneda estadounidense).
El régimen anunció la semana pasada el relanzamiento del Dicom, que debería utilizarse para importar todos aquellos bienes que no son esenciales (hay una tasa de 10 bolívares por dólar que se emplea para traer alimentos e insumos básicos). Debido a la crisis, el presidente Nicolás Maduro ha decidido recortar las importaciones y asigna muy pocas divisas para la subasta. Tampoco el sector privado se ha mostrado interesado en entregar sus divisas al BCV porque en el mercado negro el dólar se cotiza en torno a los 6.100 bolívares.
La nueva cotización va a impactar en la formación de los precios y todavía mantiene la estructura de distorsiones que hacen de Venezuela la economía con peor desempeño en el mundo. En 2016 el país sudamericano tuvo una inflación que osciló entre 550% y 720%, según las estimaciones de la Asamblea Nacional y del Fondo Monetario Internacional (FMI) respectivamente. El PIB se contrajo según el FMI en 8%.
En esta nueva etapa el BCV ha prometido llamar a dos subastas semanales. El instituto emisor fijará el precio mínimo y el precio máximo del dólar. Las persona tendrán derecho de comprar hasta 2.000 dólares anuales y 500 por trimestre y a las empresas se les asignaría hasta 400.000 dólares mensuales. Hay que inscribirse en una página de Internet y tener una cuenta en la banca pública como requisito para aspirar a obtener las divisas.
El nuevo sistema nace con muchas dudas. No se sabe si las empresas adjudicadas podrán repatriar a su casa matriz las divisas que obtengan por los problemas asociados al control cambiario. Los recaudos, además, lucen como una traba. La semana pasada, cuando se convocó la primera subasta, los interesados aseguraban que no era posible inscribirse en el sistema de buenas a primeras. Había que insistir. El reto de gobierno es mantener una oferta constante y suficiente para que disminuya el precio no oficial de la moneda estadounidense. No parece cosa fácil con las perspectivas económicas de Venezuela.