La realidad política latinoamericana está en vilo. Las que fueran naciones surgidas de una misma plataforma independentista están siendo tocadas por el dolor que pasan una a una sus ciudadanos. Brasil, nación de diferente origen, también sufre.

Sudamérica parece entrar a una etapa de guerra de la que ya había escapado. 

Nuevos Pinochets irrumpen en la escena reclamando su momento de gloria. 

Un hombre que habla con los pájaros y que participa en promocionales en donde baila grotescamente en un montaje con otras personas que también bailan para mostrar que en su país no está pasando nada y que solo los mal nacidos participan en marchas para protestar como deporte y azuzados por el imperialismo yanquis, y el fascismo español – eso dice el ave hombre- y lo publicita porque esa es su verdad.

Qué tiempos aquellos en que se manejaba con fines geopolíticos el petróleo de esta nación bañada por el Mar Caribe y por el Océano Atlántico influyendo en el precio mundial solo abriendo o cerrando las válvulas de sus gaseoductos para regalarlo a pueblos afines, o venderlo abajo del promedio de su verdadero costo. Pero el despilfarro de los hidrocarburos no iba a ser infinito, su riqueza se manifestó en un breve momento de la historia, y ahora ese pueblo que nació en una rivera del Arauca vibrador, hermano de la espuma, de la garza, de la rosa y del sol; sufre violencia y hambruna.

Sus hijas e hijos abandonan en cuanto pueden la tierra de sus mayores y se diseminan en una diáspora inesperada, y algunos de los que se quedan lo hacen con la esperanza de que la democracia retornará.

Me impactó saber hace unos días que algunos académicos venezolanos que fueron de los iniciadores hace más de 30 años del Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales, están siendo perseguidos en su país por estar en contra del régimen de Gobierno. Los venezolanos siguen protestando contra el Gobierno de Maduro y continúan las muertes de marchistas.

En tanto los brasileños piden nuevas elecciones al grito de “fuera Temer” haciendo referencia a Michel Temer quien preside la República Federativa del Brasil desde el 31 de agosto de 2016. 

En la pasada reunión anual del foro en el que participé representando a la fundación Mundo Sustentable, hicieron presencia personas de Colombia, Brasil, México, 

Paraguay, Argentina, Bolivia y Venezuela. Los venezolanos participaron vía Skype.

La reunión fue en La Plata, Argentina, ciudad que vive el otoño con lloviznas y frío lo que hizo aún más peculiar el encuentro en la Casa Pesci, diseñada por el urbanista Rubén Pesci hace tres décadas con elementos arquitectónicos que son innovadores aún en el presente. 

Entre los asistentes se vivió la cercanía que existe entre los países de Latinoamérica pese a las distancias, se pusieron en claro, por ejemplo situaciones en común como lo es la tendencia de las universidades a limitar la investigación y a participar de manera alineada a los partidos en el poder. Estamos frente a la sobrevivencia, dijo Pesci.

Al escuchar al brasileño Rualdo Menegat haciéndonos un llamado para defender el patrimonio latinoamericano construido y no dar lugar a la destrucción de las conciencias, hice mío ese llamado porque considero que debemos evitar el tiempo en que seamos unos desconocidos entre connacionales y latinoamericanos.

Qué bueno que nos preocupan las injusticias que están ocurriendo en los países de América Latina como si fueran algo propio. Somos realmente cercanos.