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Musulmanes dan inicio al Ramadán en plena lucha contra el yihadismo
Los musulmanes de Oriente Medio inician hoy el primer día del mes sagrado del Ramadán en medio de la violencia, aunque con un hilo de esperanza por los avances en la lucha contra el terrorismo, pues el yihadista Estado Islámico (EI) pierde cada día terreno en sus bastiones de Irak y Siria.
El EI está cada vez más acorralado en la ciudad septentrional de Mosul, en el norte de Irak, porque ya solo ocupa un 10 por ciento de la parte occidental de la urbe, tras perder el resto ocupado desde que comenzó la ofensiva de las fuerzas iraquíes el pasado octubre.
En enero, las unidades castrenses recuperaron la parte oriental, y allí la familia de Naual Fadil pasará su primer Ramadán desde hace tres años sin presencia de los yihadistas.
"El Ramadán de este año es diferente a los tres anteriores, que estuvieron bajo el dominio del EI, quien provocó que Ramadán perdiese todo su valor", aseguró Fadil a Efe.
Su familia, que vive en el barrio oriental de Al Faisaliya, se prepara para recibir el mes comprando comida y bebida, aunque se queja de la falta de servicios básicos en la urbe.
En Siria, los yihadistas se ven atrapados en el interior de su capital "de facto", Al Raqa, por el avance de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) -una alianza armada liderada por milicias kurdas- en su ofensiva.
Mohamed Jaled al Shaker, portavoz de las Fuerzas de Élite Sirias, una milicia de tribus árabes de las provincias de Al Raqa y Deir al Zur, que colabora con las FSD, afirmó en una conversación telefónica con Efe que "respecto a nuestras operaciones en Ramadán, esta es una campaña contra el terrorismo, con lo que es también un deber sagrado para los musulmanes".
Por ese motivo, adelantó que la ofensiva contra el EI en Al Raqa, que cuenta con el apoyo sobre el terreno de efectivos especiales de EEUU, no se va a detener durante este mes sagrado.
"El asunto de eliminar al 'Dáesh' (acrónimo en árabe del EI) es una cuestión moral", opinó Al Shaker.
En la última semana, esas milicias han tomado todos los pueblos que quedaban en manos de los radicales en la mitad oriental de la región Al Raqa y se han situado a 3 kilómetros de su capital desde el lado este.
A pesar de este hilo de esperanza en la lucha contra la violencia, hay países, como el Yemen, que no vislumbra un final en el conflicto que asuela el territorio, además de la hambruna y el cólera que ha brotado en el último mes y que ha acabado con la vida de más de 300 personas.
Amyad y su familia vivían en la ciudad de Taiz (suroeste), asediada por los rebeldes hutíes, y siempre pasaban Ramadán allí, aunque este año lo pasarán como desplazados.
"Vivimos Ramadán el año pasado en nuestra casa y en nuestra tierra, entre nuestra familia. Y este año somos desplazados por primera vez", aseguró.
Añadió que han sobrevivido dos años al conflicto en Taiz, "pero los combates se acercaron a nuestro barrio y decidimos salir de la ciudad".
El conflicto en el Yemen estalló cuando los rebeldes ocuparon en 2014 la capital y otras provincias del país, y se recrudeció en 2015 cuando la coalición militar, liderada por Arabia Saudí, intervino directamente a favor de las fuerzas leales al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, el único reconocido por la comunidad internacional.
Por otra parte, en Egipto se han cancelado los eventos de Ramadán en solidaridad por el ataque perpetrado ayer contra un autobús en el que murieron al menos 29 cristianos coptos.
"Estoy muy triste por lo que nos pasa. No ha sido un buen inicio de Ramadán ya que nos da la sensación de que la muerte puede llegar fácilmente a cualquier persona, sea cristiano o musulmán", afirmó Roaya, una joven egipcia procedente de la ciudad costera de Damieta, en el norte de Egipto.
El Ramadán es un mes de gran importancia y simbolismo para los musulmanes, en el que los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol.
Según la tradición islámica, en este mes el profeta Mahoma empezó a recibir la revelación del libro sagrado, el Corán.
El cumplimiento del ayuno es uno de los cinco pilares del islam y sólo quedan exentos las mujeres embarazadas o con la menstruación, los enfermos, los niños y los viajeros.