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Mi carrera ha estado plagada de inseguridades, asegura Alfonso Cuarón
Con su última película, "Gravity", ganó siete premios Oscar, pero el mexicano Alfonso Cuarón no recomendaría a nadie que siguiera sus pasos en la industria del cine. Su carrera, confesó hoy en el Festival de Cannes, ha estado repleta de inseguridades.
"Lo que yo hice no lo recomiendo como modelo (a seguir), porque fue un viaje plagado de inseguridades. Tuve un hijo cuando tenía 19-20 años y el cine se convirtió en mi forma de mantenerme", explicó hoy el director en la segunda clase magistral que brinda el certamen francés después de invitar a Clint Eastwood.
"Una gran parte de mi carrera está conectada no sólo con el cine como mi vocación, sino como la forma en que aprendí a cómo sobrevivir", resumió.
Cuarón repasó su trayectoria, desde sus inicios como trabajador raso en la industria del cine haciendo todo tipo de oficios, hasta su último éxito, pasando por su amistad con su gran "cuate" del alma, Guillermo del Toro (que también asistió hoy a la cita), así como con su otro amigo Alejando González Iñárritu, el trío que más alegrías ha dado al cine mexicano en los últimos años.
El realizador de 55 años vivía cerca de los estudios Churubusco, el epicentro del gran cine mexicano de los años 30 y 40, y el lugar donde solía colarse de joven.
Empezó a estudiar filosofía y cine al mismo tiempo, pero no terminó ninguna de ambas licenciaturas. Tenía que trabajar y en sus inicios estuvo condicionado básicamente por el dinero. A pesar de todos los incovenientes, siempre tuvo claro que su objetivo era convertirse en director de cine, sobre todo tras ver "Canoa", de su admirado Felipe Cazals.
Fue difícil, según contó hoy, porque la generación precedente a la suya fue una generación perdida, apenas hizo cine, por lo que costaba aún más abrirse camino. Trabajando escuchó del "genio de Guadalajara", en referencia a Del Toro, otro joven prometedor del que al principio estuvo celoso.
Cuarón contó que la primera vez que hablaron, Del Toro le dijo con toda franqueza que su corto era una basura. Le argumentó su rechazo y desde entonces los une una sólida amistad, una relación que se ha convertido también en profesional, pues se producen mutuamente.
Mas tarde entró a formar parte del grupo Iñárritu, a quien asesoraron en su primer largometraje, "Amores perros". Este trío no sería igual sin el director de fotografía Emmanuel Luzbecki, su cómplice, amigo y colaborador.
El primer largometraje de Cuarón, "Solo con tu pareja" lo dio a conocer en México, pero también fuera. No se estrenó en los cines estadounidenses, pero Sydney Pollack lo vio y lo tentó con Hollywood.
"Yo estaba en blancarrota, tenía deudas. Fui donde había trabajo", contó el realizador sobre "Little Princess", su primer proyecto en Estados Unidos y uno de los que se siente más orgulloso, pues lo hizo contracorriente, con la oposición de los productores y el guionista que no lo querían a él en la silla de director.
No obstante, una vez finalizada una película no la vuelve a ver nunca. "Algunos directores, como Del Toro, consideran sus películas sus bebés, pero para mí son más bien como ex mujeres", dijo. "Las quise mucho, les di lo que pude, me dieron lo que pudieron, pero seguimos adelante y nos queremos desde la distancia", explicó desatando las risas de los cientos de personas congregadas en la sala para escucharlo.
Cuarón, que fue el primer realizador hispanoamericano en ganar el Oscar al mejor director, fue honesto a la hora de hablar de la única película de la que reniega, "Great Expectations", una revisión del clásico de Charles Dickens con unos jovencísimos Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow.
"Dije que no tres veces", señaló, pero "me permití dejarme seducir por las razones equivocadas. Me estaba quedando sin dinero. Tenía que conseguir un trabajo", explicó el realizador, quien al no escribir el guión nunca sintió la esencia de la historia. "Yo no sentía reverencia a Dickens. Soy mexicano", agregó.
De parte del proceso de esta experiencia se siente avergonzado, admitió, pero también reconoce que de no haber sido por toda la frustración que le generó, no habría rodado la siguiente: "Y tu mamá también", la cinta que realmente lo lanzó como autor y que llevó a que Gael García Bernal y Diego Luna se hicieran en Festival de Venecia con el trofeo a los actores noveles.
A este éxito le siguió "Harry Potter y el prisionero de Azkaban", la más elogiada de la saga y una producción que no existiría si no fuera por Guillermo del Toro, quien le reprochó haber descartado filmarla sin haber leído los libros.
Siguieron "Children of Men", una reflexión distópica sobre los problemas que enfrenta el mundo y que nació tras una reflexión sobre los atentados en Estados Unidos en 2001 y "Gravity", una película para la que necesitó recabar una gran cantidad de dinero, pero siempre bajo la condición de que se haría la película como él creía.
Aunque Cuarón nunca ha presentado un largometraje en Cannes, el director no quiso dejar escapar la oportunidad de agradecer al certamen haberlo invitado a la gala del 70 aniversario donde estuvo en presencia de "verdaderos grandes maestros”.
"Finalizamos la cena al estilo mexicano con mariachis, mezcal y tequila. No estoy seguro de que Cannes le guste el cine mexicano, pero le gusta cómo festejamos", aseguró entre risas el realizador, que al término de la clase se fundió en un abrazo con Del Toro.