"En este punto de mi vida hago sólo las cosas en las que creo”, segura Kidman

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"En este punto de mi vida hago sólo las cosas en las que creo”, segura Kidman

La actriz Nicole Kidman y su esposo Keith Urban posan para los fotógrafos después de la proyección de la película El asesinato de un ciervo sagrado en el 70 Festival Internacional de Cine de Cannes. Foto: AP
Tras ponerse a las órdenes de Lars von Trier, Gus van Sant, Stanley Kubrick o Anthony Mingella, entre otros, la actriz sigue manteniendo intercalando trabajos más populares con el cine de autor, que es el que le hace desfilar por la alfombra roja de Cannes.
Cuando elijo trabajar con un director es un riesgo, pero estoy dispuesta a asumir el riesgo"...
Nicole Kidman, actriz

Para Nicole Kidmann ha sido solo una coincidencia que cuatro trabajos suyos estén en el Festival de Cannes: "En este punto de mi vida intento ser audaz, abierta, probar cosas y apoyar cosas en las que creo", aseguró hoy al presentar su primera película en competición: "The Killing of a Sacred Deer”.

"He trabajado mucho. No tengo que trabajar, lo hago porque sigue siendo mi pasión y es la forma que tengo de expresarme", insistió la actriz, quien a las órdenes del griego Yorgos Lanthimos se convierte en una médica, casada también con un médico (Colin Farrell) que se enfrenta al dilema de poder perder un hijo por una razón científicamente incomprensible.

Sin embargo, no se ve a una madre desesperada o fuera de sí, sino una mujer racional, que nunca pierde la calma. Y es así siguiendo las indicaciones del realizador, para quien este estudio psicológico de una familia en apariencia perfecta sometida a una situación tan absurda como cruel es una comedia.

"Cuando elijo trabajar con un director es un riesgo, pero estoy dispuesta a asumir el riesgo", explicó la actriz, que se quedó impresionada con "Canino", el trabajo que dio a conocer a Lanthimos fuera de Grecia.

Kidman considera que un actor es tan bueno como las oportunidades que tiene y esa fue la razón por la que produjo la serie de televisión "Big Little Lies", porque quería que existiera.

"Pero muchas veces estás en la posición de esperar a que te ofrezcan algo. No estás en una posición de control o poder. Tienes que estar dispuesta a entregarte al proceso, a que te cambien y a que te moldeen. Y eso me encanta", agregó la intérprete, que mantiene desde hace años un idilio con Cannes, aunque nunca se ha llevado el premio a la mejor actriz.

Su intención es apoyar a la gente que intenta cosas diferentes o que tiene un estilo cinematográfico único, pero también hacer realidad primeras películas de directores noveles.

Tras ponerse a las órdenes de Lars von Trier, Gus van Sant, Stanley Kubrick o Anthony Mingella, entre otros, la actriz sigue manteniendo intercalando trabajos más populares con el cine de autor, que es el que le hace desfilar por la alfombra roja de Cannes.

La australiana es una de las grandes estrellas en el certamen francés, donde también participa en el nuevo trabajo que Sofia Coppola presenta a concurso, "The Beguiled", así como en "How to Talk to Girls at Parties" o la serie de televisión de su amiga y descubridora Jane Campion, ("Top of The Lake: China Girl").

"Todavía sigo considerando un honor que me pidan participar en una película", añadió Kidman, quien explicó además que intenta mantener separada su vida privada de su faceta pública.

"Mis hijos no ven mis películas, mi familia está muy separada de mi vida creativa", explicó. En algunas ocasiones permite que sus hijos la visiten en el set de rodaje. "Soy afortunada de estar casada con un músico (Keith Urban) y que podamos ajustar los horarios para seguir con nuestras carreras creativas y mantener una sólida vida hogareña", agregó.