Los partidos. La plataforma ideológica de los candidatos debería ser la de los partidos que los proponen, a excepción de los independientes. Sin embargo, el candidato del PRI ha estado luchando por alejarse de las siglas del partido y no sólo eso, sino de la marca moreirista que carga como lastre. El panista refiere una plataforma partidista y hace alusión al PAN y la presencia que tiene el partido en Torreon, Saltillo y la región Centro del Estado. El candidato de Morena es ajeno a otra ideología que no sea la que lo haga ganar dinero. El del PT es prófugo del PAN y se encuentra inmerso en una contradicción, ya que el partido que representa deviene de una izquierda moderada. La perredista, si bien es cierto que ha militado en esa agrupación a lo largo de los años, viene siendo cuestionada por la afiliación de compadrazgo con Moreira. Los independientes son priístas renegados.

En fin, ninguno de los candidatos tiene afinidad con las plataformas partidistas; sin embargo, utilizan el posicionamiento de éstos para sacar adelante sus campañas y sobre todo las patentes que implican y la repartición de patrimonio.

Los candidatos. La lucha es entre tres y se viene dibujando en este último periodo. Solamente falta saber quién quedará en la delantera: si el “Negro” Javier Guerrero o Memo Anaya. Miguel Riquelme se deberá conformar con el tercer lugar.

El nerviosismo en el Palacio Rosa se nota: caras largas, regaños, manotazos, amenazas cumplidas y dispendio de dinero que ha sido desviado por los coordinadores a sus bolsillos. La venganza no sólo es de la sociedad civil, sino es también de los funcionarios desplazados, de los olvidados y los humillados. La soberbia del gobernante no tuvo medida en este segundo periodo del poder.

Por esa razón circula el rumor de que la elección está arreglada, y la entrega del cordero pascual del clan Moreira Viggiano es el pasaporte a la impunidad.

Guerrero avanza en el norte de Coahuila y Memo lo hace en el resto del Estado. La joya de la corona que antes era Torreon, hoy es Saltillo; y conforme avance la candidata a la Alcaldía sarapera por el PAN, la plaza pertenecerá a ese partido y, por ende, la repercusión en la elección de Gobernador.

Los votos de Armando Guadiana y del PT pueden impactar en los resultados, ya sea a través de una alianza virtual o del retiro de los candidatos.

Los resultados. La elección del 2011 es muy distinta a ésta, sin embargo, en un principio, los cálculos que tenía la Fundación Colosio eran basados en aquella jornada. “Tenemos 400 mil votos seguros”, decía Aguillón al delfín en la fiesta de cumpleaños de los tres millones de pesos hace algunos meses.

La realidad es fatal. En 2011, el millón 200 mil votos para Gobernador implicó que las plazas de Torreon y Monclova estuvieran muy cercanas para ser ganadas por el PAN; Saltillo fue un caso peculiar, ya que Jericó maniobró para apoyar a Rubén, sin embargo, al terminar su función fue prácticamente expulsado de Coahuila y resucitado por César Camacho. Esa ruptura fue capitalizada por el PAN en Saltillo y ahí se tiene el resultado de un alcalde azul.
En 2012, el PRI hizo perder al candidato Enrique Peña Nieto en Coahuila, y el PAN adjudicó 422 mil votos a Josefina, por lo que se convierte en el último antecedente de una elección estatal, implicando que las dos senadurías por mayoria fueran ganadas por los panistas.
Los funcionarios de casillas. Ante un juez electoral entregado al partido oficial a través de la tamaulipeca y de González, a la ciudadanía que quiere un cambio le compete formar parte de la función de la vigilancia electoral, ya sea a través de la integración de las casillas, como con la representación real y oportuna en cada una. Las elecciones se ganan el 4 de junio, ni antes ni después, por lo que la fuerza democrática deberá ser manifestada a fin de sacar de una vez por todas a esta camarilla de malandros de esta noble tierra. (Falta poco, gracias a Dios).