Después del último debate entre los candidatos a la gubernatura de Coahuila, quedó claro para los votantes que solamente tres tienen posibilidades de llegar a la recta final. El próximo 4 de junio la mayoría de las boletas se cruzarán por Miguel Riquelme, Guillermo Anaya o Javier Guerrero. El resto de los candidatos servirán solamente para el anecdotario. A veinte días de las elecciones, de acuerdo con encuestas y opiniones de analistas políticos, uno de estos tres aspirantes estará realmente disputando la gubernatura. 

Como en el futbol, cualquier equipo puede ganar el campeonato de la liga MX, pero a diferencia de la justa deportiva, aquí los equipos son muy desiguales y por lo tanto todo depende de los hechos externos a las casas de campaña y menos a sus propias fuerzas. Si leemos en los próximos días que los jueces estadounidenses condenan con la cárcel a los delincuentes que saquearon el erario de Coahuila y prosperan las acusaciones de lavado de dinero y asociación delictuosa con los capos de la droga para algunos exfuncionarios del moreirato, si la megadeuda se convierte en motivo suficiente para juicios o indagaciones de la justicia mexicana, entonces Riquelme estaría despidiéndose de llegar a Palacio Rosa. 

Si en la guerra sucia se difunden pruebas, más que palabras y gritos, de que Guillermo Anaya es cómplice de ilícitos, el panista tendrá serias dificultades para convencer a indecisos votantes que la guerra sucia es eso, calumnias para frenar su posible triunfo en las urnas. Por ser el puntero, de acuerdo a sondeos, será el candidato que más ataques reciba en esta recta final. 

Javier Guerrero es el caballo negro, político sin señalamientos de corrupción o ser amigo de delincuentes, se presenta como el más apuntado para llegar a la meta final en primer lugar. Sus intervenciones fueron en los debates las más consecuentes y sensatas para llevar a Coahuila a otras alturas económicas, políticas y sociales. 

Ocupa hoy el tercer lugar en las preferencias, después de que incluso al inicio de las campañas se le ubicara en un lejano quinto lugar. Comprensible, puesto que empezó a hacer campaña mucho después que los dos mencionados. Sin recursos económicos y solamente con su trayectoria y experiencia apela a la conciencia de los ciudadanos. 

El otro elemento importante es el día de las elecciones. El PRI, Riquelme y Rubén Moreira están preparando las artimañas harto conocidas, acarreo, compra de votos,  sembrando temor en los ciudadanos vía lideresas, tal vez también se presenten los ratones locos, o en el sector rural las amenazas directas de delincuentes armados, como ya sucedió en los comicios para que los hermanos llegaran a la gubernatura.  El PAN, los otros partidos y los independientes deberán cerrar filas para defender el voto, en todas las casillas y distritos electorales. No descartamos el conflicto postelectoral.

La última y nos vamos

El próximo 10 de mayo, muchas madres coahuilenses no festejarán el día, lo dedicarán a exigir a las autoridades que les respondan sobre el paradero de sus hijos, los desaparecidos, que aunque no quieran se han convertido en los principales y más vergonzosos crímenes auspiciados por el moreirato. Las noticias llegan todos los días, los cárteles de la droga encontraron en Coahuila, en los últimos doce años, su madriguera y su botín. No solo en los medios sino  en las investigaciones más serias esto se demuestra en forma indiscutible.      

La querella infinita 
Mario Valencia Hernández
mvalehe@yahoo.com.mx