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Debate Coahuila: el eterno combate
Los siete candidatos a la gubernatura de Coahuila se fajaron en un debate donde tiraron “ganchos”, jabs y golpes bajos con el sello de presuntos actos de corrupción, omisiones en sus pasados cargos públicos, conflictos de interés, reclamos por el circo de las campañas, el despilfarro de recursos y la mega deuda, entre otras.
Desde la presentación, Javier Guerrero, candidato independiente, desenfundó el brazo y se lanzó contra las campañas, a las que criticó por haberse convertido en una competencia para ver quién derrocha más dinero, “un espectáculo lamentable”, dijo. “PAN y PRI compiten para ver quién tiene la casa más grande o cuánto se llevaron de los moches, quien tiene más relojes”, reprochó.
Mary Telma Guajardo, candidata del PRD, sacó el jab del “PRIAN”, pues aseguró que Coahuila sigue siendo gobernado por el pacto de corrupción.
Miguel Riquelme del PRI y la coalición Por Un Coahuila Seguro, se presentó al afirmar que en su gobierno no volverá la inseguridad ni el narco, lo que el candidato del PAN y la Alianza ciudadana, Guillermo Anaya, criticó al considerar una propuesta de amenaza. “Si votas por el cambio te va a ir mal, eso no es propuesta. Riquelme, eres un extorsionador”, dijo Anaya señalando a Riquelme que estaba a su izquierda.
José Ángel Pérez, del PT, preguntó dónde estaban los candidatos presentes cuando Humberto Moreira saqueó el Estado. “Yo nunca los escuché levantar la voz. Todos son Moreira”, criticó.
El primer asalto, el de “desarrollo económico”, empezó casi como calentamiento, para medir a los rivales. Miguel Riquelme prometió crear 170 mil empleos; Luis Horacio Salinas duplicar el presupuesto del campo, José Ángel Pérez crear un Sillicon Valley coahuilense; Mary Telma Guajardo, formar un Consejo Económico y Social; Guillermo Anaya, crear cinco centros de innovación; Javier Guerrero criticó las “salidas fáciles” como las tarjetas rosas. Y Armando Guadiana les pidió a sus contrincantes que si quieren dinero que se pongan a trabajar. “No tenemos que pagarles sus extravagancias”, les reclamó.
En la réplica se animaron. “Comparemos las peras con las peras”, dijo Riquelme y exhibió supuestas cifras del Seguro Social con un decrecimiento en el empleo en las administraciones de José Ángel y Guillermo Anaya.
De inmediato José Ángel reaccionó: “Esa nota es del Seguro Social, de tu patrón Peña Nieto, quién le cree a tu patrón. Le estás aprendiendo bien a tu patrón Humberto Moreira”.
Mary Telma exhortó a los contendientes a firmar un pacto de civilidad pero las palabras se las llevó el viento. Nadie le hizo caso. Guillermo Anaya contraatacó con un dato: en su administración como alcalde de Torreón, llegó el vuelo Torreón-Dallas, en la de Riquelme, se esfumó el Torreón-Houston.
Guadiana siguió su misma estrategia de frentazos: “Yo les pregunto por qué no han aceptado el reto de dar a conocer sus declaraciones fiscales de los últimos 10 años”. Hubo silencio.
Surgieron también los nombres, como en cualquier cartel boxístico. Uno era el “candidato de los relojes”, “Rubén Riquelme” o “Guillermo Flores Villarreal”.
Guadiana le lanzó una pregunta directa a Miguel Riquelme. “¿Estás dispuesto a meter a la cárcel a Humberto Moreira y Rubén Moreira. Sí o no?” Riquelme no respondió, simplemente aseguró que caiga quien caiga aplicará la ley.
Mary Telma siguió con su discurso mesiánico que por ser mujer, es la única que puede garantizar que no habrá corrupción. Pero José Ángel le dio un derechazo y aseguró que como comadre, se había beneficiado con fiats notariales para la familia. “Felicidades comadre, qué bárbara”, le dijo. También lanzó un jab para Luis Horacio Salinas y enlistó cifras millonarias que ha recibido como proveedor del Estado.
Sin embargo, apareció Luis Horacio Salinas y le recriminó a José Ángel que nadie le cree que gane 20 mil pesos mensuales. “Eres un mentiroso”, le asestó.
Riquelme criticó las supuestas dos declaraciones patrimoniales de Anaya, donde consigna cifras distintas. Anaya respondió: “¿Quién pompó?”, preguntó sobre su casa en Las Trojes y le recordó que antes vivía en una casa de interés social. “Se te olvidó decir quién compró tus relojes. Todos aguantaron la risa cuando hablas de transparencia” y la gente rio.
Riquelme contuvo el golpe y declaró que Anaya no tenía calidad moral con todas las propiedades. “El público tampoco se va a reír” y no se rio. Y aprovechó para despotricar contra Javier Guerrero y los 6.5 millones de pesos que aparecieron en su clóset. Le siguió contra Guadiana a quien le pidió explicar que solo gane 15 millones de pesos cuando sus empresas generan cientos de utilidades. “Explotas a los trabajadores y lavas dinero, con razón quieres donar el sueldo”, le dijo Riquelme.
“Dan pena ajena. Hasta cuándo van luchar por ver quién es el más macho”, dijo Mary Telma al público y arrancó algunas risas.
En sus cierres, los candidatos se lanzaron contra las cuerdas. José Ángel Pérez declaró: “Año con año nos han robado todo, pero no la memoria y la dignidad”. Armando Guadiana reflexionó: “Quien paga para gobernar gobierna para robar”. Luis Horacio Salinas dijo que es momento de poner un alto al abuso de poder. Guillermo Anaya, quien fue el último en cerrar, mostró una fotografía de Riquelme y Rubén Moreira. “Riquelme dónde quedó tu carácter, de carga maletas de Rubén Moreira”, y al final, una persona del público gritó: “Anaya homosexual, homofóbico. Ya perdiste”, pero el moderador tocó la campana.