Lo bueno y lo malo

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Lo bueno y lo malo

El  esperado debate entre los siete candidatos a Gobernador fue un encontronazo que mostró la crisis económica y de gobernabilidad que padece la población coahuilense.
Demasiado largo por la cantidad de candidatos; la moderadora incurrió en varios errores, se suponía que por su trayectoria como periodista internacional y por lo que cobró (110 mil pesos), vendría bien preparada.

Técnicamente hubo fallas, se presentaron cortes en varias ocasiones. No se permitió la transmisión simultánea en varios medios electrónicos. Yo comencé a verlo por internet en el portal de un periódico, pero lo cortaron después de unos minutos de transmisión, cuando comenzaron las críticas fuertes al moreirato, ¿de dónde llegó la orden de suspensión?, del Palacio Rosa, seguro.

Los candidatos de oposición al PRI –oposición que a todos convenía adoptar para mostrar la indignación creciente de la ciudadanía hacia el moreirato– le tundieron sin medida ni piedad a los hermanos Moreira, denunciando la corrupción, la impunidad, la devastación y degradación de la seguridad social y de la educación estatal, la inseguridad pública y las masacres que han padecido las comunidades del estado, así como las empresas fantasma que desaparecieron más de 500 millones de pesos, responsabilizando a los dos últimos Gobiernos de la crisis y  el caos que padece Coahuila.

El candidato oficial, Miguel Riquelme, fue exhibido como el cómplice y tapadera de los Moreira en sus excesos de corrupción y, por su parte, él denunció a los exalcaldes panistas por las fallas de sus Gobiernos y también por sus corruptelas, expuso.

La situación del Magisterio de la Sección 38 fue expuesta por la mayoría de los candidatos de oposición al Gobierno, se denunció cómo el PRI “usa” a las brigadas magisteriales para inducir y coaccionar el voto y éstas son manipuladas y organizadas por Carlos Moreira, quien mantiene secuestrado al Magisterio (Guillermo Anaya); además se expuso el problema del Servicio Médico y las pensiones que han sido saqueadas y que deben ser auditadas.

Javier Guerrero fue muy cauto en sus exposiciones y propuestas, muy benigno con el sistema del que fue parte por muchos años y en el que fue rechazado como posible candidato; no faltó quien le recordara su trayectoria priísta que ahora critica y también algunas de sus corruptelas (Mary Telma Guajardo); así que su independencia como candidato quedó  en entredicho, lo mismo la de Luis Horacio Salinas, cuyos vínculos priístas son legendarios así como el enriquecimiento familiar gracias al priísmo.

La primera “comadre” de Coahuila, Mary Telma Guajardo, tuvo un discurso muy crítico hacia todos sus pares y hacia el sistema priísta del que pretende tomar distancia, como si se desconocieran sus vínculos con la familia de los Moreira; su demagogia es inocultable, lástima, siendo la única candidata mujer, en realidad desprestigia al género.

Por su parte, el candidato del partido Morena, Armando Guadiana, quien durante años enfrentó y denunció a Humberto Moreira a causa de la megadeuda y que llevó hasta el Tribunal de la Haya la denuncia de las masacres de Allende y Piedras Negras, aseguró que de llegar a ser el Gobernador del Estado no devengaría un salario y que ese dinero lo dedicaría a otorgar becas para estudiantes coahuilenses, agregó que no tolerará que ningún coahuilense sea desatendido por falta de medicamentos en las farmacias y en los hospitales: “Han administrado los hospitales con las patas”, ironizó y también ofreció que no habrá más desaparecidos.

Algunos criticaron que el debate se convirtiera en un campo de batalla en el que los candidatos se dieron con todo, pero, bien visto, es una experiencia en la que no faltaron las propuestas, aunque fueran insuficientes y predominaran las denuncias. A mí me parece sano que se reconozca la urgencia de que el Estado de derecho prevalezca en la entidad y se castigue la impunidad y la corrupción.