'Ayunan' restaurantes saltillenses

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'Ayunan' restaurantes saltillenses

En el primer cuadro incluso las taquerías tradicionales estuvieron cerradas. Foto: Vanguardia/Orlando Sifuentes
A excepción de los restaurantes de comida rápida y franquicias, la mayoría de los lugares que ofrecen platillos diferentes a los de Cuaresma, se mantuvieron cerrados

En esta Semana Santa la ciudad tuvo un buen número de visitantes de otras partes del país, sin embargo, la oferta turística estuvo incompleta, porque la gran mayoría de los restaurantes estuvo cerrada.

Un recorrido realizado por VANGUARDIA confirmó que diferentes ofertas gastronómicas de la ciudad no estuvieron disponibles durante los llamados días santos. 

Aunque los museos ubicados principalmente en el primer cuadro de Saltillo fueron visitados por familiares o amigos que llegaron de paseo o bien a visitar a familiares, las personas no encontraron en dónde comer.

A excepción de los restaurantes de comida rápida y franquicias, la mayoría de los lugares que ofrecen platillos diferentes a los de Cuaresma, se mantuvieron cerrados.

En el primer cuadro incluso las taquerías tradicionales estuvieron cerradas, el restaurante Villa de Santiago tampoco ofertó sus platillos a los comensales.

En el Hotel San Miguel, que es de los pocos con restaurante en el primer cuadro, sólo dio servicio a los huéspedes, de acuerdo con personas que estuvieron por el primer cuadro buscando algún lugar para comer.

Otros también de tradición como Los Compadres, tampoco abrieron sus puertas, ya que sus platillos son mayoría de los que se limitan durante la Cuaresma.

En el Mercado Juárez, en donde existen diferentes opciones, también por la tarde la mayoría de los locatarios cerró sus puertas.

Ayuno. Los restaurantes que no ofrecen comidas del mar estuvieron cerrados al público en Saltillo, por lo que decenas de familias se quedaron con ganas de disfrutar de la gastronomía local.

En el Mercado Juárez, en donde existen diferentes opciones, también por la tarde la mayoría de los locatarios cerró sus puertas. Foto: Vanguardia/Orlando Sifuentes