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Brexit inicia con choque entre Londres y la UE
REINO UNIDO.- Tras una reacción inicialmente tibia, el Gobierno alemán ha endurecido progresivamente su actitud respecto a las futuras negociaciones para la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Berlín cree que antes de empezar a hablar de la futura relación UE-Reino Unido, será necesario cerrar el contrato de divorcio.
Con esta negativa, la líder más poderosa de Europa envía un mensaje de confrontación a Londres, que preferiría iniciar las dos conversaciones de forma paralela.
En las negociaciones que se avecinan, el dinero será una de las grandes vertientes. El Gobierno alemán ni confirma ni desmiente el cálculo de la Comisión Europea de 60 mil millones de euros en facturas pendientes. Berlín apuesta por que Bruselas -quien llevará la voz cantante en las negociaciones- acuerde primero con Londres un método de cálculo; y que de este método se llegue a una cantidad concreta. Pese a estos planes iniciales, todas las partes involucradas son conscientes de que tienen por delante negociaciones complejísimas de las que nadie sabe muy bien cómo pueden acabar.
Merkel reiteró su idea de que, incluso fuera de la UE, Alemania y el resto de socios mantendrá una estrecha relación con Reino Unido. Su ministro de Asuntos Exteriores, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, fue más allá al reclamar “una amistad” entre los dos bloques. Pese a esta mano tendida, Berlín lanza algunas advertencias.
Fuentes de Exteriores insisten, por ejemplo, en que el ofrecimiento de amistad no puede hacer olvidar que Reino Unido ha dejado de formar parte de la “familia de Los Veintisiete”. “Esperamos que los británicos lo tengan claro”, insisten estas fuentes. Con este aviso, resaltan una idea fundamental que Merkel ha repetido en los últimos meses: las libertades garantizadas por la UE no se pueden trocear. Es decir, Londres no podrá elegir lo que más le convenga del catálogo —movilidad de bienes o capitales— y desechar lo que considera más engorroso –libre movimiento de personas-.
PAPEL PROTAGONISTA
Francia ve en el Brexit una oportunidad para reforzar la integración europea de acuerdo con los intereses franceses. La UE posterior al Brexit, según el presidente François Hollande, pasa por facilitar las cooperaciones entre un número reducido de países en ámbitos concretos: la famosa Europa de varias velocidades. Hollande cita la defensa común, que hasta ahora recaía en la OTAN, como uno de estos ámbitos en lo que los europeos deben avanzar en los próximos años. En el consenso republicano, que comparten los partidos tradicionales, la salida de Reino Unido permite a los franceses, desdibujados en años recientes por la pujanza alemana, retomar un papel protagonista. Pero, Francia, inmersa en una campaña electoral, no puede dar nada por seguro.
ACUERDO TRANSITORIO
España es partidaria de un acuerdo transitorio que amortigüe el impacto del Brexit. Convencida de que en dos años no será posible pactar el nuevo marco de relaciones entre el Reino Unido y la UE, Madrid aboga por conceder a Londres un trato privilegiado mientras llega un acuerdo de libre comercio que deberá ser refrendado por los parlamentos de los 27.
BLOQUE DEL ESTE
Los países del Este, que tienen a un buen número de sus ciudadanos trabajando en Reino Unido tienen mucho que perder con el divorcio británico de la UE. No sólo se quedan sin un tradicional aliado en el club comunitario, sino que se verán ampliamente afectados si los futuros acuerdos limitan el derecho a vivir y trabajar en Reino Unido de sus nacionales.