Usted está aquí
Gary Sánchez, el nuevo líder de los ‘Bombarderos’
TAMPA.- Derek Jeter solía hacer el día de Gary Sánchez en la forma más simple posible.
Cuando Sánchez llegó a su primer campo de entrenamiento primaveral en el 2012 —antes de conectar 20 jonrones en Grandes Ligas más rápido que cualquier otro jugador en la historia— era apenas un adolescente intentando causar una buena impresión.
Jeter ya había llegado a los 3 mil hits y había logrado sus cinco anillos y era reverenciado por sus compañeros por el respeto que siempre mostró a sus colegas. Cuando vió a Sánchez, en ese entonces un chico de 19 años, Jeter no se comportó como alguien de Grandes Ligas a su lado.
“Lo único que puedo decir es que cuando él me vio, me dijo hola”, dijo Sánchez. “Eso me hizo el día en cierto modo. Aquí está Jeter, conocido mundialmente, una superestrella del beisbol, que sabe quién soy yo, y me dice hola. Eso me aumentó la confianza”.
Cuando Sánchez piensa en un líder, un nombre sale de sus labios.
Yo diría Jeter”, dijo Sánchez. “Él era el capitán. Era el hombre al que todos mirábamos”.
Este año, Sánchez está en transición de ser un novato sensacional a ser uno de los miembros fundadores de lo que potencialmente podría ser otro Nucleo de Cuatro. Hasta que Greg Bird, Gleyber Torres o Justus Sheffield —o algún otro de los prospectos de los Yanquis— le quite esa responsabilidad a Sánchez, él es el hombre que da la cara, el nuevo rostro de los Yanquis. Y eso viene con una gran responsabilidad de ser el líder.
“Yo puedo verlo haciendo eso”, dijo el manager Joe Girardi.
Sería un poco exagerado, en este punto, comparar a Sánchez con Jeter. Pero cuando uno lo observa diariamente dentro y fuera del terreno, tiene una confianza parecida y una intensidad casual. El liderato de Sánchez dependerá más de demostrarlo que decirlo.
Yo tengo un carácter más callado”, dijo Sánchez.
Sánchez, de 24 años, comenzará el Día Inaugural como el bateador más temido del equipo, y con el que, a juicio de muchos, es el mejor brazo del beisbol detrás del plato. Pero algunas de sus mejores cualidades salen a relucir cuando se apagan las cámaras de TV. Comienza con su intensidad en dominar el plan del día, en las reuniones con el lanzador abridor y con el coach de lanzadores Larry Rothschild, una tarea que se ha hecho más fácil por su compromiso de entender y hablar inglés.
“Él los lidera con los dedos que pone hacia abajo de pitcheo a pitcheo a pitcheo”, dijo Tim Naehring, vicepresidente de operaciones deportivas de los Yanquis. “No ves a muchos lanzadores negándose a sus señales, así que ellos están de acuerdo y confían en un joven receptor para que los lleve a través de algunas de las mejores alineaciones ofensivas de la Liga Americana. Él es muy agresivo con los pitcheos pegados, lo que es algo que pienso que es más mental. Es asombroso ver que tiene esa mentalidad. Tiene muchas herramientas de liderato que le van a servir muy bien en su carrera”.
Además está dispuesto a caminar hacia el montículo y poner su brazo alrededor de un veterano de 5 años como Michael Pineda para darle algún consejo o para darle alguna palabra de aliento.
“No se siente intimidado, lo que para mí, es algo bueno”, dijo Girardi. “Yo no quiero que sea tímido. Quiero que sea vocal. Quiero que él, en un sentido, sea quien lidere”.
A pesar de su gran físico, Sánchez es lo que suficientemente bueno a la defensiva para que los lanzadores se sientan cómodos enterrando un slider en el suelo. Su brazo de cañón le permite a los lanzadores utilizar su envío normal desde la cintura.
Sánchez es un gran ecualizador. En esencia, él hace que sus compañeros sean mejores, lo que es una calidad esencial en un líder.
“Para mí, que uno de los jugadores del nucleo sea un receptor es ideal”, dijo Naehring. El gerente Brian Cashman escuchó a Naehring y al coordinador de receptores, Josh Paul, entre otros, antes de que fuera posible considerar a Sánchez como una estrella. Incluso a pesar del hecho de que falló en quedarse con el puesto de receptor sustituto en la pasada primavera, la oficina central le puso a Sánchez la etiqueta de jugador no cambiable. La ofensiva parecía algo natural, pero lo que algunas personas como Naehring vieron es cuánto puede impactar Sánchez el juego como receptor.
“Yo recuerdo tener una conversación con Cashman el año pasado en mayo o junio”, dijo Naehring. “Yo decía, ‘Esos chicos son difíciles de encontrar’. La gente pone mucho valor en el enmarcado de lanzamientos y en los strikes adicionales que puedan lograr, lo que es algo grandioso, y yo entiendo que eso tiene un valor tremendo en nuestra industria. Pero hay muchas otras cosas pequeñas que hace un receptor que pueden impactar el juego.
“Estábamos hablando sobre cómo este tipo tiene X cantidad de recompense, y no lo podía enfatizar más, ‘Cash, este es el tipo de jugador que otros equipos amarían tener. Estás mirando a alguien en una posición premium y estás mirando a alguien que puede ser un bate premium en el medio de tu alineación’. Miren alrededor de la liga. ¿Cuántos chicos de estos existen?”
Los Yanquis tienen a Sánchez, quien algún día podría ser la superestrella que le diga hola a un adolescente en su primer entrenamiento primaveral de Grandes Ligas con los Yanquis.
“En última instancia, las historias se escriben luego de haber conseguido el éxito”, dijo Cashman. “Digamos que Gary encuentra su propio camino y desarrolla su propia reputación. Estos chicos que se ganaron el título del Nucleo de Cuatro —Posada, Jeter, Rivera y Pettitte— fue algo que ellos hicieron en un largo periodo de tiempo que incluyó gloria como campeones. Ese fue su mundo. Gary va a ser lo que sea que vaya a ser. Si al final eso le lleva a la grandeza, mejor para todos nosotros, incluyéndolo a él. Pero no puedo poner la carreta al frente de los caballos”.