Argumentos de políticos

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Argumentos de políticos

Ilustración: Alejandro Medina

Sucede que no pueden tener la capacidad de sustentar ideas que hagan coherente un razonamiento

Me ha llamado la atención sobremanera las formas de argumentación de algunos políticos. Exhiben conceptos que se quedan en el aire y que de ninguna manera pueden ser sostenidos racionalmente; no sólo eso, sino que se revierten contra quienes los utilizaron. Sucede que no pueden tener la capacidad de sustentar ideas que hagan coherente un razonamiento.

Veamos: si el Alcalde de General Cepeda argumenta que el obispo Raúl Vera debería dedicarse a conducir a sus ovejas y no meterse en política, está negándole al obispo precisamente la conducción de su rebaño hacia la comida y la salvaguarda de la vida: el pastizal y la majada, para que los lobos no se las coman.

Permítame darle una vuelta a la idea. El nuevo nuncio Apostólico del Vaticano, Franco Coppola, llegó a México en septiembre. Venía de África, donde realizó una gran labor en favor de los miserables y los enfermos, en especial de sida. Por esos días, no pocos obispos mexicanos dedicaban su tiempo, su esfuerzo y algo de dinero a fustigar a los homosexuales que querían casarse: ¡no podemos aceptar que comparen el matrimonio con el erotismo! Esto molestó al flamante Nuncio. Dijo algo como: en África hay muchos pobres y demasiada injusticia, pero en México he encontrado uno de los países con mayores distancias entre ricos y pobres en el mundo, es el país de la desigualdad, ¿cómo se atreven a dedicar su energía a discutir en qué consiste la familia? Evidentemente los paró en seco.

Nuestro alcalde de Patos, el señor Zamora, creyente, como declaró ser, no parece haber leído u olido el sentido de los tiempos. Sería bueno que en sus muchos tiempos libres le echara una ojeada al Evangelio. Jesús declara que desea crear un reino de justicia, de amor y de paz. Si lo piensa bien, sabrá que puso en primer lugar la justicia, sin la cual el amor y la paz serían impensables. Así que el obispo Vera sólo intenta llevar a cabo lo que dijo el fundador de su Iglesia. Por eso cuida de sus ovejas, en especial, de quienes las asaltan con proyectos peligrosos, las engañan, las conducen al matadero (esto último también es de Jesús; lo otro mío).

Otra idea me vino leyendo el periódico. Don Miguel Riquelme argumentó (de nuevo el mismo verbo) que él arreglaría todos los problemas de Coahuila. Dejó saber que en un año, si les quitamos a los políticos federales lo que nos corresponde a los coahuilenses, transformaría Coahuila y además pagaría el 100 por ciento de la deuda. El razonamiento está más allá de cualquier discusión. El silogismo riquelmiano podría escribirse así: está al alcance de la mano resolver nuestros muchos problemas. Es así que podemos resolverlos si negarnos a los defeños lo que es nuestro. Por lo tanto no habrá problemas en el futuro más cercano: ni pobres ni deuda.

Una sola cosa olvidó Riquelme: si es tan fácil, ¿por qué no se le ocurrió a Rubén Moreira? Éste debería explicárnoslo. De no hacerlo podríamos acusarlo de no amar a Coahuila suficientemente. También podríamos preguntarnos y ¿por qué Riquelme no le dio la receta a quien más lo ha apoyado? Estas ideas me vienen de la prensa. Quizá no leí bien o los periodistas no se saben explicar o no tomaron nota del discurso riquelmista o se les apagó la grabadora en el momento preciso.

Algo parecido viene a cuento si pensamos que Aurelio Nuño se ha pasado de listo exponiendo un Nuevo Modelo Educativo para México. ¡Cómo me gustaría que Nuño tuviera razón por una vez! Cotidianamente pierde el tiempo, de lo más feliz, visitando escuelas primarias, preferentemente del Estado de México, para sacarse fotos y alertar a los maestros (cinco o siete) y a padres de familia que por alguna razón no trabajan. Nuño platica acerca de los vidrios, de los bebederos y de que los baños serán arreglados. Anda de fontanero. También eso hace mucha falta. 

Espero que el señor Zamora cuide de las ovejas del Obispo, porque a él es al que le pagan por ser un buen pastor. Espero que Riquelme nos explique bien sus recetas para convertirnos en un estado gozoso en el que podamos dedicarnos a ser felices aunque los oaxaqueños sufran (eso también lo leí en el periódico) y que Nuño por favor nos enseñe cuál es ese modelo educativo tan íntimo.