Voto cruzado, voto razonado
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Voto cruzado, voto razonado
Los votantes en su inmensa mayoría definen su voto con base en emociones. Las campañas que están por comenzar, en Coahuila y en México, parten de una realidad que casi nadie se cuestiona: el ciudadano elige con base en esperanzas, enojo, coraje, empatía, simpatía. Me cae bien o mal, es feo, guapo, chavo o viejo, poco importa su programa de gobierno, lo tenga o no.
¿Qué slogan pega más? ¿Qué ocurrencia será más vistosa en 140 caracteres de Twitter y Facebook, o en 30 segundos de YouTube? La era Trump agravó este fenómeno que ya estaba arraigado en la sociedad mexicana.
Esto tiene su lado bueno: empareja el piso, el acceso general a las redes sociales es un fenómeno democrático, superficial sí, pero democrático. Todo candidato puede acceder a las redes. El lado malo consiste en la ausencia de propuestas. Se vota por candidatos que al llegar al cargo gobernarán con base en ocurrencias que no resuelven nada. Funcionará momentáneamente el pan y circo del Siglo 21, pero llegará el tiempo en que se impondrá la falta de resultados.
Llegará entonces otro ocurrente, seguramente más superficial, voltearemos a verlo y el ciclo se repetirá. Acceder al poder público se ha vuelto muy fácil, también perderlo, dice Moisés Naím en “El Fin del Poder”.
Existe una ocurrencia poco explorada. Tan vieja como la carrera de la liebre y la tortuga. ¿Qué sucedería si un candidato se atreviera emprender una campaña verdaderamente innovadora?, ¿qué, si apostara a discusiones de fondo?, ¿cómo manejar el agua y la basura?, ¿cómo generar los empleos del futuro con las tecnologías del presente y del futuro?, ¿cómo preparar a niños y jóvenes?, ¿cómo brindar un mejor sistema de salud pública?, ¿qué vocación daremos a nuestras ciudades, cómo las preparamos y reordenamos? En principio sería muy aburrido para el público moderno; pero con paciencia el mensaje acabaría penetrando. Para la recta final, ese candidato sería el mas innovador en una época de mucho tráfico superficial. Quizá me equivoco o espero demasiado de la clase política.
Existen dos tipos de elector: el que vota a ciegas y el que razona su voto. Los que defienden a López Obrador y a Peña Nieto sin importar asunto, acusación, crítica o razonamiento. Para ellos, su líder es perfecto, sin espacio para el error. Los panistas corporativizados, tras años de corromper a su base, se suman a esta realidad, votan y votarán por el partido, sin importarles la calidad del candidato.
Por su parte, el votante indeciso es el que no vota por el partido o que, politizado o no, le tiene sin cuidado lo que hagan y digan los políticos. Ese ciudadano que no vota a ciegas, que razona, que vota por el candidato y que en elecciones para cargos diversos puede llegar a votar cruzado, ese votante suele hacer la diferencia y decide una elección. Analiza su realidad, razona y vota cruzado. Libre, no está secuestrado por la emoción que idealiza colores y candidatos.
Nos espera una elección muy competida. Razonaré mi voto y muy probablemente votaré cruzado. No puedo hacerlo de otra forma. Si viviera en Acuña, votaría por UDC, el trabajo de la actual administración es estupendo. Si viviera en Torreón, apoyaría a Jorge Zermeño, es un hombre bueno y honesto, ya lo demostró. Si viviera en Múzquiz, mi voto sería para la fórmula de Morena, Consuelo Ramos y el doctor Portales son muy buenos candidatos y también serán buenos una vez en el cargo. En Nueva Rosita no me quedaría más que reconocer el trabajo de Julio Long.
Mi realidad es que voto en Piedras Negras y mi voto deberá ser razonado, no puede ser de otra forma. Ante los retos de Coahuila, corrupción, desastre financiero, inseguridad, desempleo y necesidad de servicios públicos masivos y de calidad, votaré por Armando Guadiana, candidato auténticamente ciudadano, que arriesgó mucho por enfrentar al moreirato. Guadiana sabe generar empleos y velará por nuestros intereses en tiempos difíciles. Su vida profesional es incomparable frente a sus rivales, burócratas que no pueden mostrar un resultado mediano en más de 20 años de vida a costas del erario público.
En la elección de Alcalde y la diputación local, no creo votar por el candidato de Morena, todavía hoy, no sé quien es. Sonia Villarreal es mi amiga desde la secundaria y la aprecio en lo personal, pero votar por el PRI es imposible, representa todo lo malo que sucede en nuestro estado. Nunca lo he hecho y quizá nunca lo haga. PAN/UDC aún no presenta a sus candidatos, veremos y diremos. Sé que un señor Menera va como independiente, levanta mucha simpatía en las clases populares y ha sido un contrapeso para la arrogancia y prepotencia del Alcalde. No lo conozco ni de vista, debo informarme, conocer lo que propone para mi pueblo. Mi voto será cruzado y muy razonado, no hay de otra.
Twitter: @chuyramirezr
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