A 17 años de la llegada de Raúl Vera López a la Diócesis de Saltillo se realizaron diversas estructuraciones en el interior de la Iglesia para atender problemáticas como la migración, desapariciones y otras que han beneficiado a la comunidad saltillense.

“En estos 17 años ha sido una experiencia muy buena porque he aprendido mucho…” y recordó que en la carta ‘El comienzo del nuevo milenio’ el Papa los exhortó a tomar un nuevo impulso en la organización pastoral que ayudara a enfrentar los retos del tercer milenio, por lo que en febrero de 2002 se inició con un proyecto de renovación pastoral. 

Vera López habló también acerca del proyecto de renovación de asambleas diocesanas y adelantó que este domingo iniciarán una campaña de concientización de los miembros de la Diócesis para una Casa de la Iglesia que funcionará para que haya un lugar en el que se pueda interactuar y hacer un trabajo orgánico  que tiene que ver con un proceso de maduración en la fe. 

Durante estos 17 años de reestructuración también han implementado diversos programas para proteger a las personas vulnerables. 

“La Casa del Migrante en Acuña y en Saltillo… había una casa muy pequeñita que yo empecé a poner en mayores espacios y en ese momento había mucha xenofobia en Saltillo porque les cortaban el agua, la luz y cuando me traje al padre Pantoja e invité a dos religiosas para la Casa del Migrante, iniciamos con un proyecto mucho más firme y amplio”. 

APOYO A PASTA DE CONCHOS

También recordó cuando la Diócesis empezó a acompañar a los mineros en Pasta de Conchos con la creación de un movimiento social. 

“Al mismo tiempo se creó el Centro de Derechos Humanos (Fray Juan de Larios) y creció la desaparición forzada que ha fundado otro sujeto social que es Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, el cual está integrado por familiares de personas desaparecidas” y el jerarca católico señaló que la fundación de esos centros despertó la conciencia en otros espacios.