Luz Elena Morales Núñez, secretaria de las Mujeres, previo al Día Internacional de las Mujeres expuso. “tenemos que identificar cada uno de los niveles de machismo que incluso podríamos estar haciendo nosotras de manera inconsciente dentro de nuestra casa, en la educación de nuestros hijos”.

Detalló que la participación activa con organismos civiles es importante, porque permite al gobierno identificar problemáticas que tal vez no se habían detectado o generar alianzas para poder fortalecer acciones que ya se están haciendo.

Recordó que hace unas semanas comenzaron a reunirse con el colectivo Red de Mujeres de la Laguna, quienes preocupadas por los asesinatos de mujeres en la Comarca Lagunera, llegaron a algunos acuerdos con las autoridades y exigieron justicia para cada uno de los casos. 

Y es que el machismo no únicamente ocurre de los hombres hacia las mujeres, sino que también entre nosotras mismas —en algunas actitudes— abonamos a esa cultura que también nos desvaloriza. 

LENGUAJE EXCLUSIVO
Expresiones como: “No puedo vivir sin él”, “más vale bien casada que bien quedada”, “qué puedes esperar vistiéndote así”, “para su ascenso de seguro se relacionó con el jefe”, “la maternidad es crucial en la realización de una mujer”, “si viste masculina es lesbiana”, “lloras como nena”, “las mujeres juntas ni difuntas”, “le falta un hombre que la haga feliz”, “va a casarse y no sabe guisar ni un huevo” o “una mujer sin maquillase ni depilarse es fea”; solo son algunos comentarios negativos que a menudo escuchamos decir entre mujeres. 

EDUCAR PARA EL RECATO
Cinthya García-Galindo, feminista y activista originaria de Monclova, dijo a VANGUARDIA que algunas de estas expresiones las hemos llegado a escuchar incluso entre nuestra propia familia. 

“A nosotras no nos enseñaron desde pequeñas a ser frontales, por eso ocultamos el enojo y vemos como algo ‘malo’ tener que enfrentarnos como los hombres, con ellos no es mal visto cuando se pelean a golpes, pero a las mujeres sí”, expuso.