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¿Sabes qué le pasa a tu cerebro cuando terminas una relación?
Cuando atravesamos una situación de desdicha amorosa pensamos que alguien nos ha “roto el corazón”. pero, sin dudas, quien verdaderamente lo padece es nuestro cerebro. Sigue leyendo para saber por qué.
Nunca me gustó la frase “sufrir por amor”, porque más bien considero que el amor no es lo que te hace sufrir sino el desamor, (¡y cómo!). Popularmente se suele decir que amamos con el corazón. Los poemas y las letras de las canciones están llenas de frases donde el corazón es el protagonista. Claro, cuando nos enamoramos nuestro pulso se acelera y el corazón bombea más sangre al cuerpo, tal vez de allí la creencia de que nuestro corazón es el que siente el amor, pero aquí el protagonista del asunto es el cerebro.
¿Qué pasa cuando nos enamoramos?
Según Stephanie Ortigue, neuropsicóloga, especializada en ciencia cognoscitiva, electrodinámica cerebral y relaciones interpersonales, nos enamoramos con el cerebro, pues se trata de un proceso cognitivo y muy sofisticado. Según la especialista, el área izquierda del cerebro juega un papel preponderante en el proceso de enamoramiento, pues allí se forma la imagen que la persona tiene de sí misma. Es por ello que, quienes no pueden encontrar pareja deberían trabajar para mejorar lo que creen de sí mismas.
Para Facundo Manes, neurólogo y neurocientífico argentino, cuando nos enamoramos perdidamente, se activa una red neuronal denominada “sistema de recompensa cerebral”, la cual está asociada con la motivación, el placer, la gratificación emocional y el intenso deseo. Según el científico, “se trata de una de las sensaciones más intensas de la vida: es una obsesión que a uno lo posee y hace que disminuya la activación en las áreas del juicio”; es por ello que uno se “pierde” en el amor.
¿Y qué sucede en nuestro cerebro cuando nos rompen el corazón?
Las rupturas de las relaciones amorosas nos dejan vacíos. Sentimos que nos falta un pedazo y que todo se desmorona. Verdaderamente el desamor y las rupturas en la pareja se viven como una situación traumática no sólo para el cerebro sino para todo el cuerpo.
Desde el punto de vista de la química cerebral, la ruptura es vista como “volver a enamorarse” pero al revés, ya que se activan los mismas reacciones neuronales que cuando nos enamoramos apasionadamente. Ésto explica por qué cuando queremos olvidar a esa persona aún estamos tan obsesionados en volver con ella. Además, como el “circuito de recompensa cerebral” sigue activo, sentimos una motivación intensa y mucha valentía para arriesgar todo en el amor.
Estudios realizados indican que las mismas áreas del cerebro que se activan cuando la persona se enamora, y que generan adicción y ansias desesperadas de estar con alguien, son las que muestran también actividad. Esto significa que, además del gran dolor que genera la pérdida del amor, la persona sigue sintiendo una intensa obsesión por quien no le corresponde.
Es así como el desamor puede desencadenar reacciones como, por ejemplo, liberar hormonas del estrés que pueden afectar a la actividad normal del sistema digestivo o el corazón. Tal vez por eso cuando estamos “mal de amores” nos sentimos enfermos y decaídos. Existe el “síndrome del corazón roto”, que es un debilitamiento del miocardio, que se da ante una situación extrema y es una respuesta física a una situación emocional de estrés severo. Esta afección llamada “miocardiopatía de takotsubo” puede desencadenar la muerte.
Cuando el amor se termina, duele. Duele el cuerpo y duele el alma. El cerebro manda todas las reacciones y sensaciones al cuerpo y a la mente; sin embargo el dolor o el “duelo del desamor” es un proceso natural por el cual una persona debe pasar para afrontar la situación y reponerse sanamente. Así que mientras descargas la tristeza, la ira y la rabia que te provoca la ruptura de esa relación, tu cerebro ya está trabajando para equilibrar tus emociones y recomponerse de este mal momento. Y como dice la frase, “el tiempo lo cura todo”.