La historia fue publicada originalmente en el Portal Heffey y relata una de las experiencias más dolorosas y sacrificadas que demuestran cómo es el amor verdadero.

La esposa era una mujer fuerte que sin importar lo que le estuviera sucediendo, nunca mostraba debilidad. Un día su esposo le pidió el divorció; aparentemente, él había dejado de amarla. No le dio ninguna explicación, solo le dijo que quería divorciarse de ella.

La condición
Ella aceptó sin ningún problema, pero le pidió un último sacrificio o condición para que ella le diera el divorcio sin tanto drama.

Ella le pidió…
“Cada mañana durante un mes, tendrás que cargarme en brazos desde el cuarto hasta el comedor para desayunar con nuestro hijo”.

Él, sorprendido, le preguntó por qué, ella simplemente me contestó que su hijo estaba en época de exámenes y que no quería que el mal estar entre ellos o el divorcio inmediato lo perturbara.

Al marido le pareció lógico y después de haber estado casados por 12 años, él pensó que era lo mínimo que podía hacer por su hijo.

La travesía
El marido comenzó a cargarla cada día desde el cuarto hasta el comedor, él ya no sentía nada por ella y le resultaba más que incómodo hacerlo, sin embargo, él notó que su hijo observaba ese detalle y lo celebraba cada día.

Con el paso de las semanas, la incomodidad entre los dos comenzó a desaparecer, y él comenzó a recordar por qué se había enamorado de su esposa. Cada día que pasaba, era más íntimo entre los dos y no podía negar que se había enamorado otra vez de su esposa.

El último día
Cuando llegó el último día en el que ella le dijo que ya tenía su libertad. Él salió de la casa y se fue a la casa de su amante. Le dijo que lo sentía pero que él nunca se separaría de su esposa, que la amaba y que había jurado estar con ella hasta que la muerte los separe.

El regreso al hogar
Lleno de euforia compró flores para su esposa para decirle cuanto la amaba y que no quería separarse nunca de ella.

La encontró muerta
Mientras ella había sido diagnosticada de cáncer meses antes, él nunca lo notó por que estaba demasiado ocupado mintiéndole a ella para poder pasar más tiempo con su amante. Nunca notó su deterioro físico, porque sus ojos ya no la miraban.

El sacrificio de una madre
Ella quería irse dejándole una buena imagen de su padre para su hijo, ya que cuando ella no estuviera más. Sólo así podía irse tranquila, sabiendo que su hijo no le guardaría rencor a su padre y que los últimos recuerdos del matrimonio de ellos serían de un amor inmenso.

Aunque no tengamos una enfermedad terminal podemos pedir cosas como estas a nuestra pareja

En este caso él no decidió quedarse con ella por lástima hasta que muriera, pero el volver a tener contacto físico con ella le recordó cuanto lo amaba. Este tipo de historias son un ejemplo para cuando las cosas tiemblan en una relación.

Pídele a tu pareja que duerman de la mano o que sin importar como se “odien” en ese momento en un determinado día luego de una pelea que deben besarse.

El alejamiento físico en una pareja es el peor enemigo del matrimonio. Toma esta historia como un ejemplo y saca lo que más te beneficie en tu vida personal.