“La ocasión hace al ladrón”.

Continúa el recuento de las trapacerías de este régimen asfixiado y maloliente que difícilmente sobrevivirá las calendas de junio:

PRIMERA. La crónica de la renuncia del abogado Luis Ríos como director de la Facultad de Jurisprudencia no es otra que la historia de quien cae de la gracia y los favores del mecenas político. A lo largo del sexenio moreirista 2.0, Ríos fue beneficiario no sólo de las canonjías del poder, sino artífice de diversos estudios y propuestas que luego se convirtieron en leyes, en este régimen, de un reglamento per cápita como objetivo del Gobernador.

Ya instalado en su búnker de Jurisprudencia, el profesionista perdió piso y le dio por incurrir en excentricidades a fin de promover su figura en foros nacionales e internacionales a través de elevados gastos, desviando cantidades bien etiquetadas para obras de la referida escuela.

Una filtración de comentarios que Luis Efrén hizo sobre el primer abogado del Estado, los que llegaron a éste a través de funcionarios de primer nivel, fue la causa de su imperfecto y ruina y como el ministro Fouquet: ¡relegado estás!

En un sexenio como éste, totalitario y absolutista, queda claro que no sólo la designación de candidatos a puestos de elección popular es retenida al caudillo, ahora incluye directores de escuelas, y qué sigue: ¿sociedades de alumnos? Lo bueno es que termina: tic, tac, tic, tac.

SEGUNDA. A la terrible deuda estatal (y no sólo me refiero a la deuda del profesor, sino a la aumentada por su pariente directo en el presente), esta semana habrá de sumarse un mal mayor, ya que Juan Manuel Portal, contralor de la Auditoría Superior de la Federación, detectó observaciones o posibles daños al erario en Coahuila por mil 197.8 millones de pesos en el ejercicio 2015.

Lo peor es que en el informe también se indica que el régimen moreirista tiene observaciones pendientes de solventar por un monto de 2 mil 731.9 millones de pesos, que corresponden a los ejercicios de 2011 a 2014 y además 98.6 millones de pesos, que corresponden al monto de denuncias por hechos derivados de observaciones de ejercicios anteriores (en total: 4 mil 026 millones de pesos).

Entre esas irregularidades, por ejemplo, se encuentra la construcción del Centro Oncológico de Saltillo que recibió una recomendación y una Promoción de Responsabilidad Administrativa Sancionatoria.

Lito Ramos resultó toda una fichita para eso de esconder y desviar recursos con fin determinado, en otras lides y todo a cargo de los coahuilenses. (¿Cuándo acabara el saqueo?, urge que ya se vayan).

TERCERA. Desde la campaña del delfín, una urraca o pajarote nos informó que continúa la entrega de despensas, a las que agregaron esta semana tinacos, pintura, asfalto e impermeabilizante, y afirmó que todo este material sale de  una planta instalada en unas bodegas que se construyeron en este sexenio frente al centro de Gobierno, que pertenecen a un alto funcionario corpulento, medio calvo, abogado y profesor del Gobierno de Coahuila. De ahí el apuro de descomponer el sistema de registro público de la propiedad a fin de no saber dónde quedó la bolita, en donde se confirma están utilizando todas las técnicas charras para acomodar nombres y beneficiarios. Bueno, han usado de todo: malacanchoncha, reborujado, ¿dónde quedó la bolita?, y hasta el ¡zango, zango, sabaré, sabaré, sabaré!

CUARTA. ¿Cuál será el más grande de tus miedos? ¿El monstruo de papel de la conciencia? ¿La mesa familiar de los domingos? ¿La venganza de los despedidos? ¿El grave afán del veto conyugal? ¿La derrota en el mes de junio, ya anunciada? El caudillo está solo con sus temores, la garra se asoma, esa que será la encargada del desquite antes de entregar el poder. Después del 1 de diciembre de 2017, ¿podrás acudir a las librerías y los supermercados como antes, compañero? Estaré esperando.