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La experiencia de ir al baño en Japón
La tecnología sanitaria en Japón es una experiencia que todo viajero debe vivir.
Muchos turistas han quedado en aprietos al momento de hacer uso de estos espacios, debido a que desconocen su funcionamiento y las indicaciones que se dan podrían llegar a ser confusas.
El 25% de los extranjeros que llegaban a la Tierra del Sol Naciente, simplemente no sabían cómo usar el baño, revela una encuesta aplicada en 2014.
Por esta razón la industria sanitaria japonesa decidió crear un código de señalización universal que fuera comprensible.
El país rompió récord en 2016 con la llegada de 24 millones de turistas internacionales; se espera que en 2020 reciban 40 millones de visitantes extranjeros durante los Juegos Olímpicos.
¿Tecnología confusa para turistas?
Al costado del retrete hay un control con símbolos que representan varias opciones a las que puede acceder el usuario.
La descarga pequeña de agua, descarga grande, tapa abierta o cerrada, el stop, chorro de agua y secador, son algunas de las opciones que te permite controlar.
Para evitar el contacto del usuario con gérmenes, la tapa se levanta de manera automática al acercarse, y se baja una vez que se deja de usar.
La taza también ofrece otras opciones: dar masajes en la espalda, reproducir música o encender una televisión.
Las empresas también han avanzado en ahorro energético al ir disminuyendo la cantidad de agua que se expulsa al tirar la cadena.
Al concluir el proceso la cadena se “jala” sin la intervención de la persona.
Tecnología que beneficia
Un estudio del Gobierno de Japón señala que más del 80% de los ciudadanos poseen retretes de última tecnología.
Los comercios han resultado ganadores con este tipo de tecnología al evitarse la lata de lavar el escusado porque éste se puede “autolimpiar” después de cada uso, a través de un
completo lavado antibacterial y antisuciedad.
La industria sanitaria ha crecido de manera favorable, aunque algunos lo consideren intimidante al ser vistos como 'robots sanitarios'.
Con información de El Mercurio