Hacía tiempo que Rayados no se daba un baño de felicidad en casa y hacía rato que no tenía un partido redondo, bien ejecutado y mejor saldado.

Con un doblete de Dorlan Pabón, Rayados se impuso 2-0 a un temeroso Pumas y decoró más su marcha: sigue invicto –lleva 15 juegos oficiales sin caer en cualquier competencia- y cortó una racha de cuatro empates en fila.

Pero además, logró festejar por primera vez ante su gente en el actual torneo, lo que no es poca cosa, teniendo en cuenta que el margen de error de local se le había estrangulado con los últimos empates frente a Chivas y León.

El Monterrey, que alcanzó 10 puntos, quizás jugó su mejor partido en lo que va del torneo. Al menos, fue más que Pumas a lo largo de los 90 minutos.

Fue más ambicioso y fue quien más disparó a portería, una cualidad nada extraño para el equipo que más ataca en el torneo. De hecho, después de desperdiciar una decena de acciones sobre el arco de Alfredo Saldívar, Pabón encontró el hueco para facturar.

Pero fue recién al 73’ cuando el colombiano -el mejor jugador del partido- cruzó un potente disparo para el 1-0 y al 82’ repitió tocando con la cara interna de su pie derecho y colocar el balón en un ángulo.

El 2-0 fue merecido porque Rayados hizo todo para ganar y Pumas se dedicó a anular y al aguardo de que el error contrario lo posicionara de cara a un gol que nunca llegó.

Al final, Pumas se resignó –fue expulsado Jesús Gallardo ya casi sobre el cierre del partido- y Monterrey siguió insistiendo por aumentar la ventaja, confirmando que con la presión como vehículo y la ambición como ventaja, capitalizó un triunfo que hacía tiempo extrañaba.