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Artur Mas convierte su juicio en un alegato independentista
El arranque del juicio contra el ex jefe del Gobierno de Cataluña Artur Mas se convirtió hoy en un alegato secesionista: miles de personas arroparon al ex mandatario en su llegada al Palacio de Justicia de Barcelona, donde es juzgado por la consulta soberanista ilegal celebrada en 2014 en la región española.
Banderas catalanas independentistas y gritos a favor de la secesión abundaron en una marcha que estuvo encabezada por el propio Mas y por el presidente del Gobierno catalán, el separatista Carles Puigdemont, junto a otros miembros de su Ejecutivo. "Hoy muchos nos sentimos juzgados", aseguró el actual mandatario catalán.
El juicio contra Mas suma un ingrediente más de tensión en las relaciones entre Barcelona y Madrid, en el marco del proceso que impulsa el Gobierno catalán en su afán de lograr la secesión del resto de España. Puigdemont pretende celebrar un referéndum antes de septiembre pese a la oposición frontal del Gobierno de Mariano Rajoy.
Mas, de 61 años, se enfrenta a una pena de 10 años de inhabilitación por desobediencia y prevaricación. La Fiscalía considera que desafió al Tribunal Constitucional al permitir el 9 de noviembre de 2014 la celebración de una consulta que había sido paralizada previamente.
Junto a él son juzgadas dos ex responsables de su Gobierno, Joana Ortega e Irene Rigau, acusadas de los mismos delitos.
"Nuestro ánimo no era desobedecer, sino que ante una evidencia política y ciudadana, el Gobierno del país y su presidente tenían que estar a la altura de las circunstancias y escuchar al país por todos los medios posibles", dijo hoy Mas desde el banquillo.
"El proceso participativo no fue un capricho individual, no fue una salida de tono, no fue una ocurrencia", alegó, asegurando que respondía a un "mandato parlamentario" y al "clamor de la calle".
La consulta que dio lugar al proceso judicial contra Mas, Rigau y Ortega incluía dos preguntas: ¿Quiere usted que Cataluña se convierta en un Estado?', 'Quiere que este Estado sea independiente?. El 80 por ciento respondió sí, pero a las urnas acudieron menos de la mitad de los que estaban llamados (unos dos millones de personas).
Según Mas, la votación fue concebida como un "proceso participativo" después de que el Tribunal Constitucional suspendiera una consulta oficial previa a instancias de un recurso presentado por el Gobierno español de Mariano Rajoy, opuesto al proceso secesionista catalán.
El ex gobernante de Cataluña defendió que su Ejecutivo no fue "responsable" de la organización de la votación, que quedó en manos de voluntarios, e insistió en que el alto tribunal no le advirtió de las consecuencias legales de no suspender esa segunda convocatoria.
El juicio, celebrado ante una gran expectación mediática, arrancó con casi una hora de retraso. Antes de entrar en el Palacio de Justicia de Barcelona, Mas, Ortega y Rigau subieron a una tarima para saludar a quienes se habían congregado allí para apoyarlos.
La marcha había sido impulsada por entidades independentistas y por el Gobierno de Puigdemont, que incluso pidió a los funcionarios que solicitaran el día libre para acudir a las puertas del juzgado.
"Lo que estamos viendo hoy no parece que sea propio de una sociedad demócratica", criticó el ministro español de Justicia, Rafael Catalá. "Lo que se está haciendo no es respetar al poder judicial, pero pese a eso el juicio tendrá toda garantía y se dictará la sentencia que corresponda", añadió en una entrevista en la emisora de radio Cope.
Hoy, ante el tribunal que le juzga, Mas defendió el "derecho a decidir" de los catalanes y recordó las grandes manifestaciones pro independencia que tuvieron lugar en las calles de Cataluña en el último lustro, coincidiendo con el auge del movimiento separatista.