ESTIMADA ANA:
Tengo 4 hijos y con quien se están complicando las cosas es con la adolescente de 16 años. Estudia y ya está en primer año de preparatoria, pero el resto de la tarde se la pasa acostada viendo televisión y pegada a su celular o en la computadora.

Anda muy mal en las calificaciones, todo comenzó desde que estaba en primero de secundaria que fue cuando su papá y yo nos divorciamos. Mis otros tres hijos son más pequeños que ella y hasta ahora no han manifestado algún problema de actitud o comportamiento, dentro de todo, van bien en la escuela.

Desde pequeña tuvo su grupo de amigas, con quienes tenía muchísima convivencia, se veían a diario en la escuela, por las tardes convivían y los fines de semana con mayor razón. Cuando pasaron a la secundaria, dos de ellas se fueron a vivir a otra ciudad.

A partir de allí, ella comenzó a dejar de salir y de convivir con el resto de sus amigas. Además, coincidió con el divorcio y aunque al principio no lo aceptaba o manifestaba, varias ocasiones me ha culpado por sentirse así, pues dice que si no nos hubiéramos divorciado, ella estuviera mejor y sería feliz.

Siempre ha protestado y nos ha culpado de su situación. No tengo idea qué puedo hacer para ayudarla. Por lo pronto, mi ex esposo y yo hemos convivido más de lo habitual para ver si así podemos ayudarla. Sé que no puedo obligarla a nada, pero tampoco sé cómo motivarla a levantarse, a disfrutar la vida y a salir de nuevo con sus amigas. Me gustaría que conviviera con sus hermanitos como antes, que fuera alegre como durante su infancia lo fue.

Me da tristeza verla así, sobre todo porque me siento culpable de ello. A diario me pregunto qué hubiera pasado si su papá y yo no nos hubiéramos divorciado.

Pero a la vez recuerdo que nuestra separación era inminente, que quizá los niños hubieran estado peor si nosotros siguiéramos juntos. 

Lucía

ESTIMADA LUCÍA:
Claro, definitivamente no tienes por qué sentir culpa en toda esta situación por la que está atravesando tu hija. Pero tampoco puedes perder de vista qué es lo que le está sucediendo para poder sacarla adelante y vuelva a ser la misma jovencita que siempre fue.

Hay una edad en la que los niños, pero sobre todo las niñas, centran su vida en la convivencia con sus amigas, en ellas son en quienes confían cualquier cosa que pasa en su vida. Quizá fue difícil para ella aquella separación de sus amigas, justo en el momento en el que sus padres también se separaron.

Afortunadamente has detectado, muy a tiempo, que tu hija necesita ayuda. Y es que muchos jovencitos que pasan por cambios tan drásticos en su vida, pueden tomar decisiones que no necesariamente son las mejores. Muchos de ellos caen en alcohol, cigarro y hasta drogas.

Todos esos cambios le provocaron tristeza y soledad, por lo mismo, es importante que muestren comprensión e intenten acercarse a ella, sin exigencias y órdenes, simplemente acercarse a platicar a demostrarle su cariño.

Todo este proceso de demostración será esencial en su pronta recuperación, pero mientras no dejen de hacerle saber que su deseo es ayudarla, ella sentirá confianza y se sentirá protegida y segura y cuando esto sucede, su actitud cambiará, poco a poco, pero cambiará, la paciencia por parte de ustedes, sus padres, será la clave.

Por supuesto que las actividades también son pieza importante en su vida. Sería interesante que se inscribiera en algún club o gimnasio para un mejor estímulo extra.
 
ANA