Trump promete ventajas a automotrices si construyen fábricas y crean empleo en EU
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Trump promete ventajas a automotrices si construyen fábricas y crean empleo en EU
Donald Trump, en su segundo día laborable como presidente, dio un nuevo empujón a los grandes fabricantes de Detroit para que eleven la producción de coches que vayan a vender en el mercado estadounidense. El mensaje político lo acompañó con la promesa de incentivos económicos para que construyan sus plantas de ensamblaje. El reto está dónde se encuentra el punto intermedio.
El presidente celebró un desayuno en la Casa Blanca con la consejera delegada de General Motors, Mary Barra, Ford Motor, Mark Fields, y del grupo Fiat Chrysler, Sergio Marchionne. La retórica de Donald Trump hacia al sector se apoya en un dato: los tres fabricantes importaron el año pasado 2,26 millones de coches. Se trata de pequeños utilitarios donde el margen de beneficio es estrecho.
Este empuje a la producción que busca el presidente, sin embargo, requiere de una enorme inversión de capital para cualquier compañía multinacional. Será, por tanto, una píldora muy difícil de tragar para los fabricantes. No se trata solo de potenciar la producción doméstica, además deberán afrontar el coste de cerrar plantes en el extranjero, porque la industria no necesita incrementar la capacidad.
Mark Fields ya tuvo oportunidad de reunirse con Donald Trump el lunes. El presidente tuvo un encuentro en su primer día de trabajo en la Casa Blanca con una docena de ejecutivos de grandes compañías manufactureras, como Under Armour, Lockheed Martin, Dow Chemical, Johnson & Johnson y Dell. También estuvo Elon Musk, de Tesla. Se los llevó hasta el Despacho Oval.
Trump les lanzó el mismo mensaje que a las automovilísticas. Por un lado, les prometió que facilitará sus inversiones en EE UU por la vía de un recorte “masivo” de impuestos y en la regulación, como la medioambiental. Pero también les advirtió de que si deslocalizan la producción a países de bajo coste como México, tendrán que pagar un arancel mucho más alto en la frontera como penalización.
Aplauden el rechazo al TPP
El consejero delegado de Ford Motors ya comentó tras la primera cita que el presidente es “muy, muy serio en garantizar que la economía será más robusta” y en este sentido se mostró confiado hacia las políticas que quiere aplicar, incluido en el ámbito comercial. Pocas horas después, Trump firmaba una orden ejecutiva por la que rechazaba el acuerdo de asociación del Pacífico (TPP).
La industria del automóvil en EE UU fue particularmente contraria a este acuerdo comercial que negoció la administración de Barack Obama, porque consideraron que no el pacto no afrontaba el problema de la manipulación de las divisas que favorece a sus rivales. Donald Trump también se dispone a solicitar la renegociación del acuerdo de libre cambio con México y Canadá.
El presidente quiere reunirse con los ejecutivos de las grandes corporaciones con cierta regularidad, para escuchar sus ideas para reducir las barreras a la creación de empleo. Mary Barra, que forma parte del grupo de directivos que asesorará a la Casa Blanca, habló de un “renacimiento” de la industria y se mostró a favor de que el sector trabaje junto para aprovechar las oportunidades.
“Quiero que se construyan plantas aquí para ensamblar coches que se vendan aquí”, comentó Donald Trump en su cuenta personal en las redes sociales, dos horas antes de reunirse con los ejecutivos de Detroit. Va en línea con el mensaje general de la campaña, que hizo extensible a las grandes compañías manufactureras. “Los que produzcan en EE UU tendrá ventajas”, reiteró.
Trump insiste en que es una cuestión de elección para las empresas: quedarse o irse. “Creo que es lo justo”, concluyó. La tarde del lunes Trump se reunió también con los líderes de 13 sindicados, en una primera aproximación para ganarse su apoyo con un lenguaje más apropiado de los demócratas. Les aseguró que sus políticas tienen como objetivo “proteger mejor a los empleados”.