‘Los videojuegos y las malas calificaciones’

Usted está aquí

‘Los videojuegos y las malas calificaciones’

ESTIMADA ANA: 
Mi hijo mayor está en segundo grado de secundaria y desde que estaba en primero le ha ido mal en las calificaciones. Por más esfuerzo que hace y por más que nosotros estamos al tanto de todo, no le va bien.

 Noto que en el colegio en el que está no le hacen mucho caso a su situación, no le exigen los suficiente para que saque buenas calificaciones y por le contrario, si le va mal en algún examen, le dan una nueva oportunidad de presentar.

 Todas las tardes las dedica a estar sentado frente a la televisión conectado en los videojuegos y cuando dan las 8 comienza a desesperarse porque quiere hacer todo al mismo tiempo, por eso, a veces lleva las tareas incompletas. ¿Qué podemos hacer para ayudarlo? Hemos pensado en la posibilidad de cambiarlo de escuela a ver si así mejora sus calificaciones. Gracias, 

Mamá de adolescente.
 
ESTIMADA MAMÁ DE ADOLESCENTE:
Aquí hay una clara evidencia de que ustedes como papás deben de comenzar a poner orden con los hábitos personales y de estudio de sus hijos. Desde el momento en que me dices que tu hijo se la pasa toda la tarde frente a la televisión sin cumplir sus obligaciones y responsabilidades primero, ya hay un grave problema.

 Y claro que hay muchas causas que pueden influir para que los muchachos obtengan malas calificaciones, pero los principales provienen de factores de tipo personal y familiar en su mayoría.

 Seguramente existe algo de desmotivación que está llevándolo a caer en ese círculo y que le está provocando esas bajas calificaciones y poco rendimiento y aprovechamiento escolar.

 Y antes de valorar un cambio de colegio, es urgente que te acerques con los directivos de la escuela para entablar una comunicación que lleve a la pronta solución de la situación, pero que además busques ayuda profesional, cierta orientación de alguien experto.

 Tal vez los maestros que están directamente con él puedan ayudarte a tratar de descifrar qué es lo que está sucediendo. Si nosotros como papás no mostramos interés, ellos difícilmente te lo harán saber. Es nuestra obligación y responsabilidad siempre estar al pendiente de lo que sucede con nuestros hijos, independientemente de la edad.

 No olvides mantener una estrecha comunicación con él y si es que se ha perdido, ganarte nuevamente su confianza. Pregúntale qué le sucede, cómo se siente y cuáles son sus gustos y aficiones. 

Tal vez invitarlo a realizar algún deporte, o una actividad artística, vuelva a encarrilarse en los temas escolares, pues ese tipo de actividades ayudan al niño a mantener concentración, desarrollar la creatividad y sobre todo, a mantenerse lejos de la televisión y los videojuegos más tiempo. 

Verás que haciendo estos pequeños pero importantes cambios en las actividades diarias, poco a poco saldrá adelante, sus calificaciones mejorarán porque se sentirá motivado, le encontrará el gusto a los estudios sin sentirlo como algo obligado y que le provoque aburrimiento.

 Y es que a veces los papás cometemos una serie de errores en los que los más afectados son los hijos. Dejamos que hagan otras cosas antes de cumplir con sus responsabilidades tanto de la escuela como de la casa, nos hemos vuelto demasiado permisivos y muchas veces por comodidad, no damos seguimiento a las actividades que los hijos deben de cumplir.

 Tómate el tiempo de sentarte con él tranquilamente a platicar, sin juzgarlo y juntos planeen la estrategia para ponerle solución al problema.
 
ANA