Fin de año 1/2

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Fin de año 1/2

Este fin de año terminó como inició, entre el caos, la abulia, el desdén, los escándalos, la corrupción, la violencia extrema que todo lo pudre… en fin, nada nuevo. Un fin de año que terminó igual que como inició. No hay avances, pero sí hay retrocesos. Así somos los mexicanos y así somos los coahuilenses. No cambiamos. Al parecer, ni vamos a cambiar. Los que sí van a cambiar son nuestros vecinos gringos con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos. Pero, como lo abordé hace poco, yo soy de los que están convencidos que es para bien. No para mal. Nos obligará a ser mejores y voltear hacia otra parte. Es lo que dicen los emprendedores: no es un problema, sino un área de oportunidad.

Vamos por partes, aunque luego y en columnas siguientes se los presentaré tema por tema, pero hoy presento un panorama general. Donald Trump lo dijo y lo está cumpliendo: va a renegociar el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá. Está en su derecho de hacerlo. ¿Hay penalizaciones si lo hace? Están contempladas, pero ellos son los amos del mundo. Lo pueden hacer. Lo van hacer. Pero insisto, eso en poco o nada afecta. El motivo es uno: los mexicanos de negocios son conformistas. Están muy bien resguardados en su zona de confort y si pueden hacer dinero a manos llenas siendo proveedores del Gobierno como el de Coahuila que paga a empresas inexistentes (ejemplo de ejemplos, la otrora poderosa contadora María Esther Monsiváis, quien según señalamientos de una investigación periodística, está detrás de empresas inexistentes que se facturaron millones a sí mismas. Aún no se ha aclarado ni hay culpables), no van arriesgar ni un peso ni un dedo en el extranjero cuando aquí, y sin competir, se hacen ricos. 

México es el país que más tratados de libre comercio tiene en el mundo, con 10 folios firmados con más de 45 países, pero tiene una de las economías menos diversificadas. EU sigue siendo su principal socio, quien le compra 81 por ciento de sus exportaciones. Se lee en el reporte Global Connectedness Index 2016. Nadie arriesga más allá de lo conocido. Por eso nuestra dependencia extrema al vecino del norte que ahora se va a poner más belicoso y duro que nunca. Pero ¿realmente afectará a tal grado nuestra vida diaria? Sí y no. No hay contradicción de por medio. Cuando la gente me pregunta por esto y mi posición un tanto indolente e incluso de gozo, pongo el ejemplo de la mermelada. Cuando era niño, había dos marcas de mermelada a lo mucho en el mercado. La conocida y la poco conocida. Si usted quería una mermelada con nombre gringo, pues había que pagar más. Así de sencillo.

Esquina-bajan

Con el Tratado de Libre Comercio llegaron mermeladas de Francia, Estados Unidos, Canadá… a lo cual, en su momento, se quejaron las empresas nacionales de que sería una competencia desigual porque ofrecerían a igual o menor precio en detrimento de la iniciativa local. Así pasó al final de cuentas, y hay tantas mermeladas como agujas en un pajar. Esto es lo que a usted y a mí nos va afectar, y rápido, en la vida diaria. Y esta teoría la acabo de confirmar hace días cuando Diego Martínez, el gerente regional de las tiendas Al Súper, las cuales se han convertido en mis favoritas, dijo que de ponerse de pelos (bueno, esto lo escribo yo) la relación de comercio por la llegada de Trump al poder, la cadena de comercio prescindiría de las importaciones. De hecho, apenas el 15 por ciento de sus productos son gringos, todo es nacional.

Caray, ya hay que quitar esa muletilla de que todo lo gringo es bueno y que lo nacional no tiene calidad. De hecho, ahora y por ejemplo en la CDMX, hay mercados de productos orgánicos, enlatados, embutidos, productos frescos, etcétera que están atiborrados de compradores que buscan esta opción de moda. Son productos sanos desde la raíz. Y si usted es un observador de su entorno, lo anterior es un éxito no en Saltillo (Chilote López Villarreal es un incapaz), sino en Ramos Arizpe, feudo de Ricardo Aguirre y de su esposa, doña Edna Dávalos, quienes vienen promoviendo un mercado rural en la plaza principal donde usted compra directo a los productores de ejidos, haciendas y rancherías vecinas… un éxito.

Pero esto es materia comercial y debido a nuestra vecindad con los Estados Unidos, usted lo sabe, no pocas familias van de fin de semana a realizar su despensa. Lo verdaderamente rudo es lo siguiente: el tejido social de Coahuila y de Saltillo se viene destruyendo a pasos agigantados y nadie dice nada. Inmersos en un proceso electoral viciado de origen (la imposición del ahijado Miguel Ángel Riquelme por su padrino, Rubén Moreira), nadie ha reparado en una peste bíblica: han aumentado 500 por ciento los casos de VIH (sida) en Coahuila. A la pandemia de suicidios (el día 1 de enero de este 2017 dos hombres se colgaron) se suma ahora una enfermedad tremenda de contagio. El Gobierno no reacciona ni funciona.

Letras minúsculas

Apenas empezamos: ¿inicio o fin de año? ¿Algo cambió? Bah. Paparruchas.