¿Quién es el líder?
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¿Quién es el líder?
Psicosis y rumores
Lamento que hoy no sea el Día de Reyes que todos quisiéramos.
Ya casi vamos para una semana de la entrada en vigor de los nuevos precios de la gasolina y sigo sin ver, al menos yo, quién pueda ser representante del rechazo social a la decisión presidencial impopularísima.
Andrés Manuel López Obrador, el candidato natural (el que adelantó todo lo que pasaría) no quiere. Está en una reencarnación en esta vida –ha tenido varias– de amor y paz. Tiene su lógica estratégica: no quiere polarizar. Ya comprobó dos veces lo que pasa cuando lo hace. Hasta ha pedido a sus militantes, muy responsablemente, que no participen en actos vandálicos.
Del PAN pues ni hablar. No pueden.
Y el PRI, por supuesto que contra viento y marea, apoya la decisión del Presidente, quien a pesar de que acepta –con su boca– que fue una resolución difícil, su lenguaje no verbal no dice lo mismo.
Ayer el coordinador de los diputados federales, César Camacho, justificó que o era el gasolinazo, o bien tijerazo a programas sociales como Progresa, Pensiones a Adultos mayores o incluso Seguro Popular.
Pero bueno, ayer en la Comisión Permanente los partidos políticos se repartieron culpas por el aumento en la gasolina y aprobaron llamar a comparecer ante comisiones a los titulares de Hacienda, Energía (plis cuando sea, con un trato digno de Primera Clase), Procuraduría Federal del Consumidor y la Comisión Reguladora de Energía para explicar el nuevo proceso para fijar precios.
¿Y qué han hecho los gobernadores en torno a esta crisis? Ayer en Veracruz, Miguel Ángel Yunes intentó frenar la ola de saqueos en la Plaza Las Brisas y ofreció vales por 500 pesos para alimentos a las personas que saqueaban esos comercios. ¿Y los otros 31 mandatarios restantes?
A todo esto, querido lector, lectora: ¿vive en alguno de los estados donde se están realizando bloqueos carreteros, las casetas de peaje están tomadas como protesta contra el gasolinazo?, ¿le tocó ver las barricadas de llantas incendiándose?, ¿en serio las vio o le contaron que las había visto el tío de la vecina que no fue a la fiesta y le llegó por WhatsApp junto con la petición de que no saliera de su casa porque se iba a realizar un posible golpe de Estado?
Como sea, seguro le tocó ser testigo de la ola de psicosis social sobre los presuntos saqueos que están cometiendo grupos de personas a diversos comercios. ¿Le tocó ver los portales de Internet reportando incluso a jóvenes armados con cuchillos y palos participando en las protestas con letreros en árabe jurando que era en Tultepec?
Qué curioso, como lo escribió una amiga, Gabriela Aguilar, que justo en el día del periodista fue el rumor el que triunfó y no la información confirmada.
Yo diría que es muy posible que sí, que al menos dudó. Y en una de esas hasta quizá bajó la cortina de su negocio, se encerró en su casa o no salió de su oficina la tarde noche del pasado miércoles. Al menos así pasó en la Ciudad de México.
La crisis en la CDMX fue tal que según organismos empresariales cerraron 20 mil negocios lo mismo en la zona Centro que Polanco o Azcapotzalco.
¿Qué vivimos? Será interesante analizarlo en los próximos días. Una mezcla de la explosión de la información falsa en la era de la post verdad (que se potencia) junto con –quizá– algún rumor provocado para crear miedo e impedir que se organice una verdadera protesta.
Cheque lo básico de la Teoría de Pánico Moral del sociólogo Stanley Cohen. O aplique un clásico de la política: yo creo un problema que sólo yo sé resolver.
Pero a nivel local también hay antecedentes. Lo recordaba ayer Jacinto Murguía: desde el Gobierno Federal, en la época de Luis Echeverría, se tenía una estrategia para esparcir rumores, que, en el pasado, salían desde la Secretaría de Gobernación, vía un manual de propaganda de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales. O como él lo nombra, el manual del perfecto rumor.
Se detallaba cómo esparcir rumores y crear zozobra entre la población.
–El asunto en cuestión debe revestir importancia. El rumor debe contener diversos grados de ambigüedad. Naturalmente, la ambigüedad es inducida por la ausencia o parquedad de la información; por la naturaleza contradictoria o por la desconfianza de los hechos. De esta forma el rumor es lanzado y continúa su trayectoria preferentemente en un medio social homogéneo…
En el sexenio de Echeverría se puso en marcha difundiendo la falsa idea de un posible golpe de Estado.
En medio de esta crisis generada en el país y después de unos días de vacaciones, el presidente Donald Trump hizo cambios al gabinete… ¡perdón, perdón! Corrijo, caray. El presidente Enrique Peña Nieto hizo cambios a su gabinete.
Regresó al primer círculo a uno de sus más cercanísimos colaboradores: Luis Videgaray, pero ahora como nuevo secretario de Relaciones Exteriores. Si se fue de Hacienda por el error de gestionar la visita de Trump a México regresó por la misma acción, pero ahora vista como una virtud, un plus. ¿Será Videgaray el “salvador” que logrará domar a Trump para que no sea tan malévolo con México? Si así fuere y logrará destrumpizar al malévolo Trump podría volver a ser considerado candidato a la Presidencia.
Hay que destacar algo: no corrieron a la hoy excanciller Claudia Ruiz Massieu, quien venía desde el equipo de transición. Ella renunció.
Ufff. Qué decirle de la excelente autopresentación que se hizo Videgaray ante los funcionarios de la cancillería.
–Yo no conozco la Secretaría de Relaciones Exteriores, más que como se le puede conocer desde fuera. No soy un diplomático, nunca he tenido, más allá de los encargos propios de la Secretaría de Hacienda en su actividad internacional, la representación de nuestro país... ustedes han dedicado su vida entera a ello, se los digo de corazón y con humildad: vengo a aprender de ustedes, vengo a hacer equipo con ustedes en un momento en que México nos necesita a todos más que nunca.
Menuda tarea la que tiene enfrente. Ayer inició la reunión anual de embajadores y cónsules de México en el mundo y estamos a 14 días de que Trump jure como Presidente de Estados Unidos. Tendrá que contribuir a que el Presidente tome decisiones trascendentales en estos meses. Uno de ellos será cómo se negocia, si se negocia, con qué cartas el Tratado de Libre Comercio.