Luego de que se aplicara el incremento a las gasolinas, la llegada de los Reyes Magos a la Ciudad de México estaba en duda, y no porque no tuvieran recursos para  viajar por el aumento al combustible, sino porque debido a los constantes saqueos en negocios, era muy peligros que llegaran a la Ciudad de México.

Toda la semana, autoridades del Gobierno, estuvieron exhortando  los padres de familia a que salieran a comprar juguetes debido a que existía el rumor de que muchas tiendas estaban siendo saqueadas durante los actos de protesta.

Afortunadamente ayer, aunque continuaron los actos vandálicos, los Reyes Magos se armaron de valor y se dejaron ver ayer en la Plaza de la Constitución, antes miles de niños capitalinos después de las 17:00 horas, donde comenzaron a repartirse los 250 mil pedazos de pan y 80 mil “cajitas de leche”.

Al sitio arribaron familias completas, adultos y niños que se encontraban de paso por el lugar y hasta turistas.

Este año, la Rosca de Reyes midió mil 440 metros y pesó 9 mil 375 kilogramos. Del tradicional pan disfrutaron hasta personas en situación de calle; los más listos se formaron hasta en tres ocasiones y acumularon los pedazos en bolsas de plástico.

Un día antes, la sicosis generada por los saqueos y bloqueos a propósito del aumento a la gasolina llegó hasta calles del Centro Histórico, lo que llevó a los comercios a bajar sus cortinas.

Con un clima templado y poco característico de la época decembrina, los capitalinos invadieron el Zócalo.

Luego de anunciar trasporte gratuito para los Reyes Magos y garantizar su seguridad para la noche y madrugada en que saldrían a hacer sus compras, Miguel Ángel Mancera dijo que pediría a Melchor, Gaspar y Baltasar: “Que le vaya bien a México, eso es lo que estamos pidiendo, que le vaya bien a mi país, que le vaya bien a mi gente, eso es lo que pido a los Reyes Magos”. (Con información de El Universal)