Vacaciones de infarto sin arriesgar tu salud cardiovascular

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Vacaciones de infarto sin arriesgar tu salud cardiovascular

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Explorar nuevos destinos es posible a cualquier edad, siempre y cuando, la salud lo permita.

Poner freno a los factores de riesgo que empeoran la salud de un paciente cardiovascular es la prioridad en todas las épocas del año. Pero cuando las temperaturas suben hay que extremar las precauciones: visitar al médico antes de un vuelo, mantenerse hidratado y caminar 45 minutos al día son claves para disfrutar de las vacaciones sin sobresaltos.

Explorar nuevos destinos es posible a cualquier edad, siempre y cuando, la salud lo permita. Pero cuando empiezan a aparecer los “males” en nuestro cuerpo, el placer de viajar se convierte en una osadía, sobre todo para las personas que padecen una enfermedad cardiovascular. Y para ellas, EFE Salud reúne una serie de medidas preventivas recomendadas por un cardiólogo y un especialista en medicina del viajero para afrontar el viaje con confianza y sin riesgos.

Visitar al médico antes de viajar
Para evitar un problema vascular producido por la inmovilidad prolongada cuando se hace un vuelo de larga duración en clase turista, si se pertenece a un grupo de riesgo aumentado, hay que consultar con el médico antes del viaje, así lo explica el doctor Justo Menéndez, responsable de la Unidad de Medicina del Viajero del Hospital Universitario HM Sanchinarro.

El especialista recomienda la utilización de medias de compresión para la circulación, así como “evitar la inmovilidad prolongada durante el vuelo y caminar, por lo menos, cada dos horas”. 

También, en algunos casos, “puede estar indicado el tratamiento con antiagregantes, como aspirina, e incluso la administración de una dosis de heparina de bajo peso molecular”, según el doctor Menéndez.

¡Tan simple como beber agua!
La cantidad de litros de agua que debemos tomar, varía según las condiciones de cada persona. En el caso de los pacientes que toman anticoagulantes, el doctor Vicenç Villegas, responsable médico del Área Cardiovascular de Chiesi España, recomienda el consumo dos litros y medio de agua, preferiblemente embotellada, tanto en el vuelo, como en el lugar de destino, dependiendo de si es tratada.

“Cuando existe un calor elevado, el cuerpo incrementa la sudoración y se pierde más líquido, y esto puede causar una descompensación a nivel cardíaco”, indica el cardiólogo lo cual puede causar “una pérdida de minerales, una arritmia, o una angina de pecho”. Tomar agua, un té helado, o una limonada con menta pueden evitar una insolación, pero no son suficientes si la exposición al sol y a las altas temperaturas es muy exagerada.