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Apple se siente perseguida, apelará sanción europea
Apple apelará la sanción de 13,000 millones de euros interpuesta por la Unión Europea en agosto, y la cual tiene su origen en pagos fiscales que la empresa supuestamente no habría realizado, debido a que se habría beneficiado en Irlanda de un tipo de impuesto bajo que no le correspondía.
En una entrevista publicada por Reuters, el vicepresidente de Apple, Bruce Sewell, explicó que la Unión Europea habría realizado un proceso de investigación y contabilidad particular para maximizar la pena en lugar de seguir con el curso legal que le correspondía, y a eso suma que se habría elegido a la compañía por la publicidad que esto significaría.
Según explica el ejecutivo una parte esencial del argumento en contra de Apple es la de "no residencia", que mantiene la idea de que Apple creó empresas vacías para evitar impuestos que de otra forma habría tenido que pagar.
Bajo este supuesto, para la Unión Europea las decisiones tomadas por Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple, no deberían afectar a Apple Sales International (ASI) -- nombre de la empresa en Irlanda -- debido a que no es su empleado, sino que lo es de Apple Inc. "Pero decir que de alguna manera Tim Cook no puede tomar decisiones por ASI es un completo error de la ley corporativa, es un malentendido de cómo las empresas operan", dijo Sewell a Reuters.
El vicepresidente de Apple ha explicado que como Apple Sales International no crea propiedad intelectual ni ningún trabajo de ingeniería, es inapropiado sumar más impuestos a sus operaciones en Irlanda. Además dijo que no era posible cumplir con la decisión de la UE porque significaría que Irlanda estaría violando sus propias leyes fiscales relacionadas con compañías residentes y no residentes.
Según Reuters, Irlanda ya ha acusado a Europa de exceder su poder en el caso fiscal de Apple. Sin embargo el problema es aún mayor, si tenemos en consideración que varios países, entre ellos Alemania e Italia, ya se han quejado de la forma en la que Irlanda ha permitido que las empresas de EE.UU. y otros países se instalen ahí, impidiendo la plena recogida de impuestos en los lugares en los que se venden los dispositivos, en el caso de Apple.
La UE también tiene una batalla actualmente en contra de Google y particularmente contra Android por posiblemente obligar a los fabricantes a incluir sus propias apps.