CDMX.- Muy íntima y discreta fue la despedida del secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa. Sus cuatro hijos: Leonora, Rafael, María y Natalia; su viuda, Mariana García-Bárcena; su hermano, Fernando y otros miembros de la familia, y sus amigos más cercanos, estuvieron presentes en la misa de cuerpo presente que ayer al mediodía se le dio al diplomático, abogado, promotor cultural, historiador y ensayista fallecido la madrugada del sábado.

La cantidad de arreglos florales, coronas y ramos se fue incrementado ayer en la capilla del Panteón Francés de Legaria, donde fueron las exequias de Rafael Tovar, pero la afluencia de amigos, colegas, políticos y funcionarios que acudieron a darle el último adiós ya no fue tan intensa como a lo largo del sábado.

SUS AMIGOS LO DESPIDEN

El historiador Enrique Krauze señaló que la muerte de Rafael Tovar es una pérdida gigantesca para la cultura mexicana. “Si México tiene algo es que es un País rico y reconocido mundialmente por su cultura y parte de ese reconocimiento tiene que ver con la labor sostenida, discreta, inteligente, sensible de este extraordinario mexicano que fue Rafael Tovar”.

Luego de señalar que ya quisieran todas las generaciones de servidores públicos y políticos, tener el reconocimiento de más 150 instituciones, como lo tiene Tovar, Krauze dijo que “además de ser un extraordinario funcionario, promotor como ningún otro desde tiempos de Vasconcelos, en la cultura; fue un muy apreciable escritor, historiador, incursionó en la novela con mucha dignidad, recobró momentos de la historia de México”.

También estuvo Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, aseguró que Rafael Tovar apreciaba la música, pero nunca descuido todos los aspectos de la cultura en nuestro país. “La muestra es todo lo que construyó: el Centro Nacional de las Artes, el Fonca, el Sistema Nacional de Creadores, todo eso es obra suya y se le tiene que agradecer”.

El escritor y académico de la lengua, Gonzalo Celorio, evocó su primer encuentro con Tovar, cuando él era director del INBA. “Rafael era un hombre de instituciones y un hombre con una gran iniciativa para apoyar a los demás. 

Quizá su aportación más importante fue el establecimiento del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Eso hizo que el arte fuera equivalente a lo que se hacía en el ámbito de la investigación científica”.