Hace 40 años Rocky perdió. No pudo contra su adversario, Apollo Creed, pero consiguió soportar de pie hasta el final y si bien no triunfó en esa contienda, sí lo hizo como leyenda del séptimo arte. El personaje creado por Sylvester Stallone hoy festeja cuatro décadas de un legado fílmico que quedó como una de las mejores cintas de boxeo y de la historia del cine en general.

La película llegó a las salas un tres de diciembre de 1976, protagonizada y escrita por un desconocido Sylvester Stallone. La historia contaba sobre un boxeador fracasado que tiene la oportunidad de enfrentarse al campeón del mundo, acto que cambiará su vida para siempre.

El resultado le acarreó tres premios Oscar: Mejor Director, para John G. Avildsen, Mejor Edición y Mejor Película. En total obtuvo nueve nominaciones, incluyendo Mejor Actor y Guion Original para Stallone, así como Mejor Actriz para Talia Shire. Fue, además, la cinta más taquillera de 1976. Con ello se despegó la carrera del protagonista.

Su legado, que terminó por colocarla como una de las mejores películas de deportes y un clásico indiscutible, dio como resultado seis secuelas. Primero “Rocky II” (1979), “Rocky III (1982), “Rocky” IV” (1985), “Rocky V” (1990), donde Stallone ya tuvo oportunidad de dirigir hasta la cuarta entrega.

Posteriormente tuvo un regreso con “Rocky Balboa” en 2006, donde el protagonista volvió a dirigir. Su más reciente aparición fue en “Creed”, de 2015, que bajo la dirección de Ryan Coogler, volvió a poner al boxeador cerca de la temporada de premiaciones. Y aunque no era protagonista, Stallone la acarreó a la cinta su única nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto, premio que muchos consideran le fue arrebatado por Mark Rylance en “Bridge of Spies”.

El legado de “Rocky”, al final, va mucho más allá de sus secuelas y premios. No por nada en 2006 fue seleccionada para la preservación en el Registro Nacional de Cine de Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso, por considerarse “culturalmente, históricamente o estéticamente significativa”.

Su música, sus diálogos e infinidad de escenas icónicas (tanto de la primera parte, como de algunas de las secuelas), han hecho que el tiempo le otorgue, a final de cuentas, el triunfo que Balboa merecía desde su primera pelea.