La derecha lo odia, la izquierda lo reconoce
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La derecha lo odia, la izquierda lo reconoce
“No pudieron detenerlo cuando era de carne y hueso, ahora es invencible, renacerá una y otra vez”.
Grupo Buena Fe.
La hostilidad hacia Fidel Castro Ruz revivió cuando se dio la noticia de su partida. No dejan de ser sorprendentes y hasta divertidos los pronósticos sobre el futuro de la heroica isla caribeña y la obra de Fidel en su nación, algunos dicen que con Castro muere la ideología socialista (¿por decreto?) como si las ideologías, como parte de las mentalidades sociales, pudieran extinguirse en un tris-tras.
El Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, en su visita a la FIL de Guadalajara, predice que a Fidel no lo absolverá la historia. Mario centra su crítica al régimen totalitario de Castro, a la falta de libertad y la persecución a la disidencia, a sus críticas se suman las de Enrique Krauze (es fácil censurar a los otros cuando se está cómodamente a la sombra del poder político) y muchos otros que ponen la lupa en estos hechos, reales, ciertos, pero con qué facilidad olvidan las causas y los logros de esa verdadera revolución.
No se trata de justificar las violaciones a los derechos humanos, sino de entender que fueron medidas que Castro tuvo que tomar para defender su proyecto, aunque quizás en esta defensa pudo habérsele pasado la mano.
Cuando triunfó la Revolución, el gobierno de Estados Unidos, en un acto de guerra, aisló totalmente a Cuba económicamente presionando a los gobiernos de Latinoamérica a través de la OEA para que rompieran relaciones con ese gobierno; en esta etapa nuestro país jugó un papel muy digno, el gobierno de Adolfo López Mateos apoyó a la isla con el envío de medicamentos.
El bloqueo económico (1962) de EU a Cuba ha sido la expresión más elevada de una política cruel e inhumana, diseñada por el Imperio para causar hambre y enfermedades en la población cubana, a pesar de que la ONU en 1970 dictaminó que: “Ningún Estado puede decretar o fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra índole para coaccionar a otro Estado”. Esta estrategia represora del Imperio se prolongó por más de 50 años y comenzó a negociarse la apertura en la segunda etapa del gobierno de Barack Obama, pero al imperio nadie lo tacha por su inhumanidad.
Fidel fue un revolucionario que dedicó su vida a combatir el colonialismo y el subdesarrollo de Cuba. En la isla, antes de la Revolución, la agricultura, el cultivo de la caña de azúcar era prácticamente la única actividad y su producción se exportaba totalmente a los Estados Unidos, era una “república bananera” en la que había grandes carencias alimenticias, lo que obligaba a la importación masiva de alimentos.
Antes de la Revolución, Cuba era el prostíbulo oficial de los Estados Unidos y un gran casino para juegos de azar. Además, durante muchas décadas los norteamericanos apoyaron y siguen haciéndolo, a las dictaduras militares de Centro y Sudamérica en contra de la población y los gobiernos de la región que buscan acceder a la democracia, así que no debemos olvidar que el Imperio estadounidense es el principal interesado en mantener y promover a los regímenes dictatoriales.
Con la el régimen de la Revolución puesto en marcha por Fidel Castro se logró la alfabetización del 100 por ciento de la población y la educación en ese país es la de más alto nivel y es gratuita hasta el doctorado, es la mejor de este continente e incluso del mundo, ya que invierte más del 12 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en este rubro; más que Estados Unidos que apenas llega al 5.4 y Canadá al 5.5 de su PIB. Cuba mantiene un fuerte talento académico y una elevada autonomía profesional, según informes del Banco Mundial. En México ocurre exactamente lo contrario, la tendencia de la política educativa es privatizarla.
El sistema de salud es uno de los más avanzados de América Latina, la mortalidad infantil es de 4.8 por cada mil infantes nacidos vivos, siendo la más baja de la región, ya que México está en el 12.5; la diferencia es muy significativa. En la esperanza de vida, los cubanos alcanzan casi los 78 años, la prevalencia de diabetes en adultos es de 3.3 cuando en México alcanza el 9.2 y se ha convertido aquí en una verdadera epidemia. El sistema de salud cubano tiene una cobertura del 100 por ciento y es gratuita, en cambio en nuestro país, ese sistema está enfermo de ineficacia. Estos datos dan cuenta de una cultura de la alimentación y la salud muy avanzada en la isla, y en nuestro país, de un gran atraso.
En Cuba no hay hambre. Ya quisieran los 17 millones de mexicanos que viven en pobreza extrema en México vivir en Cuba y renunciar al derecho de morirse de hambre.
La innovación por la investigación científica y la ampliación del sistema de salud ha sido una de las políticas públicas más notables y reconocidas mundialmente de la isla caribeña.
Los coahuilenses se han beneficiado de los avances de la medicina cubana, es alto el número de los que han recurrido a la fisioterapia que es mundialmente reconocida.
La seguridad pública cubana es muy alta, el índice de criminalidad es bastante reducido en relación a lo que sucede en México. Fidel sobrevivió a 638 atentados contra su vida, de manera que en los nueve días de luto que se celebran en Cuba por su fallecimiento son justificadas las medidas de seguridad que se están tomando en cuanto a la revisión de no introducción de aparatos digitales y el cuidadoso control de quiénes ingresan a ese país.
Así que los ataques de la derecha mundial a Fidel son intencionalmente olvidadizos de todo el bienestar social que se disfruta en la isla, no están en el cielo, pero ya quisiéramos los mexicanos un sistema educativo, de salud y de seguridad como el de los cubanos, gracias a la valentía y visión política de Fidel.
HASTA SIEMPRE, COMANDANTE.