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Fidel Castro: la relación más cuestionada de Gabo
MADRID.- “Esa lealtad de Gabriel García Márquez a Fidel Castro, pase lo que pase en Cuba, no la comprendo, es una lástima. No entiendo los deseos comunistas de algunos escritores latinoamericanos como él”, señaló en una oportunidad la escritora Herta Müller, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2009.
La escritora, admiradora confesa de novelas como “Cien Años de Soledad” y “El Otoño del Patriarca”, “por el lenguaje del realismo mágico, pleno de imágenes, que es parte de la cultura de los rumanos”, no fue la única en reprochar a Gabo su amistad “peligrosa” con el comandante, a quien conoció en enero de 1959 pero cuya amistad se formó después.
Una ola de denuncias a cargo de los intelectuales importantes de Occidente, señaló al premio Nobel de literatura de estar con Dios y con el diablo.
Mario Vargas Llosa, el premio Nobel peruano, llamó al escritor de Aracataca “Lacayo”, de Fidel Castro , luego de que el escritor colombiano escribiera el artículo “Operación Carlota: Cuba en Angola” para la revista Tricontinental, en 1977, sobre la intervención militar cubana en ese país africano y que según Vargas Llosa escribió bajo la supervisión de Fidel.
García Márquez también recibió reproches de intelectuales ante su silencio en el 2003 por el fusilamiento de tres jóvenes, ordenado por Castro.
Entre sus críticos estuvo la escritora norteamericana Susan Sontag, quien ese año (2003) estuvo invitada a la Feria Internacional del Libro de Bogotá y en una de sus intervenciones invitó al escritor colombiano a que se pronunciara frente a la situación del régimen de la Isla. “No puede seguir siendo amigo de Castro y a la vez calificarse a sí mismo de periodista”, dijo en esa oportunidad.
Posteriormente, García Márquez le respondió a la escritora norteamericana, diciendo que él salvó la vida de muchas personas a través de gestiones privadas ante Castro, un argumento que fue calificado por Sontag de “ridículo”. “García Márquez ha callado cosas que sabe y por eso no ha sido honesto”, dijo la autora, quien llevó esta polémica a otros escenarios como la Feria del Libro de Frankfurt.
El ensayista y editor mexicano Enrique Krauze, también señaló a Gabo en un artículo donde revelaba una lista de elogios formulados por él en honor de Castro.
Alfredo Bryce Echenique, pese a no tener simpatías castristas, salió en defensa del colombiano, retomando un argumento del propio por García Márquez: que la amistad con el dictador le había servido para salvar a miles de cautivos y lograr la expatriación de muchos cubanos secuestrados en su propia patria.
Se sabe que García Márquez sí intervino en dos casos, a favor de víctimas de la dictadura. Uno fue un líder sindical, preso durante más de 15 años en las peores cárceles de Cuba. Y el otro, un escritor vinculado a los órganos de seguridad del régimen, al que no le permitían emigrar. En ambas oportunidades, Castro cedió al pedido de García Márquez y estas dos personas pudieron trasladarse al exilio. Pero al parecer no intercedió en favor de su amigo Tony de la Guardia, quien fue fusilado en 1989. Según los familiares de la víctima, Gabo no se atrevió a ayudarlo.
Pese a todos esos cuestionamientos sobre sus amistades peligrosas, en 1983, cuando se le preguntó al escritor si era comunista, él respondió enfático: “Por supuesto que no. No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he formado parte de ningún partido político”.
El Nobel le dijo una vez a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza: “Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será, entendiendo como socialismo un sistema de progreso, libertad e igualdad relativa, donde saber es además de un derecho, una izquierda”.
El propio Apuleyo Mendoza señaló que: “Él (Gabo) es amigo de Castro, pero no creo que sea partidario del sistema, porque nosotros visitamos el mundo comunista y quedamos muy desencantados”.
Un amigo leal
El británico Gerald Martin, quien publicó en 2008 la primera biografía autorizada de Gabariel García Márquez, dice que sentía una “enorme fascinación por el poder”.
El biógrafo ha dicho que el escritor colombiano quiso “ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos”.
Martin señala que muchos consideran como excesiva su proximidad al líder cubano Fidel Castro, pero recordó que también se ha relacionado con Felipe González (expresidente español) o con Bill Clinton (de Estados Unidos) pero “todo el mundo se fija sólo en su relación con Castro”.
En una entrevista publicad por El País, el biógrafo dijo que para Gabo la amistad es muy importante, y a Castro le profesa una lealtad coherente. “Él me dijo que no iba a hablar mal de Cuba porque, aunque tenía muchas críticas, cualquier cosa que dijera se iba a magnificar e iban a aprovecharlo para malinterpretarlo. Son dos viejos patriarcas y para ‘Gabo’ Fidel es un reto”, precisó el biógrafo.
En contraste, fue menos mediática la amistad que el Nobel de literatura sostuvo con el expresidente norteamericano Bill Clinton, a quien conoció a través de la hija del mandatario, Chelsea.
Uno de los encuentros públicos más conocidos entre los dos personajes ocurrió el 26 de marzo del 2007 en Cartagena. En esa oportunidad Clinton subió en su cuenta de Twitter una foto de aquella reunión: “Una tarde charlando con Gabriel García Márquez sobre la vida, literatura y la familia es una buena tarde”.