Hace cinco días, Paris emocionó a Torreón. No fue el Paris de las tres Torres Eiffel sembradas en la Comarca Lagunera, que dan a Torreón esa “aura sublime, como ciudad profundamente porfirista que ama la Revolución con ardor de quinceañera”. 

Era Paris, pero Hilton, la empresaria y socialité, que llegó a Torreón para promover su nueva colección de calzado Ishü. 

El reloj marcaba las 3:50 pm. Las pantallas fuera de la zapatería del Centro Histórico mostraban a sus 700 fanáticos la llegada del avión privado que la transportaba. Gritos de júbilo estallaron cuando arribó: “Paris, Paris”, “Welcome to Torreón”.

La memoriosa Comarca Lagunera infló su pecho cuando en ese instante recordó las visitas de Anthony Quinn, Paul Newman, Penélope Cruz y Arnold Schwarzenegger. Y razonó: “estaremos medio madreados pero no somos cualquier cosa”.

Mientras ese fugaz recuerdo sucedía, la Hilton emocionaba a su fanaticada con selfies, autógrafos y cuatro palabras: “hola, bonitas, guapos, caliente”.

Sus seguidores no daban crédito. Uno decía “¿cuál pinche Trump? Seré totalmente feliz si antes de Navidad, la Kardashian se aparece en el Mercado Juárez o de perdido en Moreleando”.

“Miren a Adelaido (director de Policía Municipal) –decía otro–, se siente muy fregón porque trajo a Paris del aeropuerto a la zapatería, por arterias recién pavimentadas para no ser nota internacional. ¿Cómo le hizo el desgraciado? ¡Que nos pase su GPS!”

El confundido espetó: “pos yo vine porque me dijeron que la Hilton nos daría ‘reliquias’ con siete sopas europeas y asado de puerco orgánico con chilorio de exportación”. El de por allá gritó “miren a Irarragorri, en lugar del preocuparse por el descenso del Santos, anda correteando a Hilton para que pose con la camiseta del equipo”. 

“Y no será –dice el aprendiz de politólogo, quien lleva camiseta marca Paris Hilton con la insignia ‘Oh myDog!’– que Paris es un distractor para nuestras calamidades”.

En ese momento, la socialité mira su celular y pela sus lindos ojos. El mensaje dice: “Gracias por tu voto, querida Paris. Donald”.