Crónicas dictatoriales (2ª entrega)

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Crónicas dictatoriales (2ª entrega)

La crónica de este régimen de restricciones se atenúa, ya no es sólo la ausencia de presupuestos para obras básicas de infraestructura, sigue el contexto de la opresión, la desesperación en la víspera del delfinato que no prende, la grieta enorme entre el gobernante y su pueblo, entre los valores y la corrompida praxis.
 

PRIMERA HISTORIA
Las fichas de dominó del régimen irán cayendo de una por una. Hoy es el turno de la operadora financiera del clan, aquélla que con prepotencia irrumpía en las sesiones, a la que había que consultarle sobre los proveedores y los pagos, la que vetaba a diestra y siniestra: la contadora.

Después del cónclave de San Alberto, calculados los riesgos y las salpicaduras con ese iceberg que son las empresas “fantasma”, se convenció a Marucha de abandonar el barco, en un sacrificio que implica dejarla libre para que pueda, desde las sombras, atender la responsabilidad de las finanzas del delfín.
Sin embargo, el riesgo estuvo mal calculado. La información en manos de los enemigos del régimen, ésos al que el candidato triunfante en el 2011 les escupía:

“Y a ti, ¿quién te pidió que me apoyaras?”, es abundante y más que salpicar, va a inundarlos, por más salvavidas que Lito, su cuñado, Aguillón o Chema pretendan forjarse. La danza de los millones es un berenjenal y debe saber Rubén que, como en el soberano Lear de Shakespeare, “Nadie ayuda al rey moribundo”.

El régimen expele los humores de la descomposición y basta un guiño para provocar la traición y a cantar la gorda.

¿De dónde surgirá quien regrese a Coahuila: la honestidad, la moralidad y la virtud como estilo de gobernar? Ya es tiempo de despertar de este mundo de los zombies y cobrar las facturas adeudadas.
 

SEGUNDA HISTORIA
Blas Flores resultó el rector más inteligente de la historia de la Universidad, se dio cuenta que aquéllos que escribieron “Blas Ladrón” y “Por cada letrero borrado, escribiremos dos” no lo quieren. Válgame, qué silogismo tan genial aprendido tal vez en la materia de: “Cómo ser buen muchacho snob” en el Tecnológico de Monterrey. Se lo advertimos: la Universidad debía ser liberada de su grupo opresor pero nadie escuchó.

Siguiendo con el ejercicio represivo, quien pagó los platos rotos de la impopularidad del rector Flores fue el Coordinador de la Unidad Saltillo, a quien no dejaron presentarse como candidato y todo porque, cuando Blas se reeligió como única opción, perdió las elecciones en las escuelas de Jurisprudencia, Ciencias Sociales y Sicología, Ciencias Químicas de la Unidad Saltillo y Ciencias Políticas y Sociales de la Unidad Torreón, y eso que iba solo.

El letrero “Blas Ladrón” es, a su vez, condena. Recordemos que si la administración del “Negro” Ochoa resultó con números rojos en la auditoría, se debe a su tesorero, el hoy ilustrísimo Blas Flores. 

TERCERA HISTORIA
Otro que despotricó fue el secretario Zamora, responsable de la seguridad en Coahuila (el que se encarga es otro, pero igual de balín): “Hay que querer más a nuestro Estado –dijo en entrevista–, a nosotros (los empleados estatales) no nos dejan de pagar, nosotros estamos haciendo bien nuestro trabajo, pero tenemos un Estado tranquilo, sólo hay que voltear a nuestros estados vecinos y si hacemos comentarios de ese tipo, pues la percepción de la ciudadanía es mala”, con esto culpó a los medios por la percepción de inseguridad.

Lástima que la realidad no le dé la razón al funcionario: dos mil 170 muertes por delincuencia en Coahuila desde diciembre de 2011 entre 60 meses de administración generan 36 muertos cada 30 días. Ésas no son buenas noticias. Cinco mil 308 delitos del fuero comun en septiembre del 2016 contra cuatro mil 512 y cuatro mil 681 de Nuevo Leon y Tamaulipas; cuatro mil 500 en Chihuahua y dos mil 513 de Sonora (si quiere que nos comparemos). Somos la sexta entidad más peligrosa del País. Según las cifras del Secretariado Nacional de Seguridad Publica, hay 37 mil 983 delitos sólo en 2016. ¿Y ahora los periodistas somos los responsables, según usted? ¿Pues no que de la seguridad se encargaba su jefe? Ups.