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Cierran oficina de Amnistía Internacional en Moscú
El Ayuntamiento de Moscú cerró hoy por impagos la oficina de Amnistía Internacional (AI) en la capital rusa, cuyos empleados tendrán que trabajar ahora desde sus domicilios.
"Debido a las notables violaciones de las condiciones de pago del alquiler, a la organización en cuestión se le envió una reclamación sobre la necesidad de abonar lo adeudado en el plazo de un mes", según una nota del Departamento de Patrimonio del Ayuntamiento moscovita.
Señala que AI "ignoró" la alegación municipal, tras lo que fue advertida de que, "en el peor de los casos, dentro de tres meses el contrato de arrendamiento sería considerado nulo".
El director de AI en Rusia, Serguéi Nikitin, afirmó hoy que el local que dicha organización arrienda al Estado ruso había sido precintado sin previo aviso y aseguró que siempre se ha pagado religiosamente el alquiler.
Dada la situación, "trabajaremos desde casa", agregó Nikitin, quien adelantó que solicitarán el jueves a la Alcaldía una explicación formal del cierre.
Mientras, el director de AI en Europa, John Dalhuisen, tachó de "desagradable sorpresa" el precintado del local e insistió en que la organización está "segura" de que cumplió con sus obligaciones de pago.
Los colaboradores de AI se toparon esta mañana con que la puerta carecía de cerradura y se había instalado una alarma para evitar la entrada en el lugar, mientras el teléfono que figura en el precinto no responde a las llamadas.
"Prohibido abrir el local sin la presencia de un representante del departamento", reza el precinto municipal.
Amnistía Internacional, organización que sólo tiene presencia en los países que la invitan formalmente, opera en dicha oficina desde hace veinte años.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que desconoce los motivos por los que la oficina de AI había sido precintada por el Ayuntamiento moscovita.
Nikitin criticó en su momento la controvertida ley promulgada por el presidente ruso, Vladímir Putin, que considera "agente extranjero" a todas las ONG que reciben financiación exterior.
Algunas de esas organizaciones tuvieron que renunciar a becas y romper los contratos con clientes de otros países, lo que limitó en gran medida sus actividades.