Ciudad de México.– La inseguridad y violencia en México son el reflejo de la corrupción, la falta de competitividad y la indiferencia de las autoridades que hacen oídos sordos al clamor de la ciudadanía, poniendo a la seguridad pública en un punto muerto y también su futuro ante cualquier candidatura y aspiración política, aseguró la Iglesia católica a través de su editorial dominical.

En su semanario Desde la Fe, el Episcopado Mexicano destacó que “la seguridad se convierte en botín cuando las autoridades hacen la política de ‘no veo, no oigo y no hablo’”.

Añadió que asirse de endebles argumentos afirmando “el falso repunte de la violencia” indica el empecinamiento por fortalecer popularidades de las autoridades ante eventuales candidaturas, “aunque la casa esté en llamas y disimulen el agobio de miles de ciudadanos sin tregua de paz que les garantice el regreso seguro a casa y sin amenazas de delitos”.

La semana pasada, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) reconoció que haber desaparecido a la Secretaría de Seguridad Pública y dejar a la Secretaría de Gobernación (Segob) como encargada de la estrategia de seguridad no dio resultado, mientras que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) llamó al Gobierno federal a reconocer las fallas en la estrategia y pidió a los tres poderes de la Federación a tomar medidas al respecto.

Un día después de lo dicho por los empresarios, Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, negó que la situación de la inseguridad se haya agravado en el país.

En su comparecencia ante la Cámara de Diputados, el funcionario federal no reconoció el fracaso y también negó que la inseguridad se haya elevado en México. Más bien dedicó su oportunidad ante los legisladores para destacar acciones como que cinco centros de inteligencia fueron impulsados por la actual administración para atender delitos en las regiones y con una inversión de cerca de 5 mil 500 millones de pesos.

En los primeros ocho meses del año hubo 23 mil 138 homicidios, mil 219 más que los cometidos el año pasado.

En el caso de los secuestros, estos se mantuvieron casi estancados en comparación al 2015. Entre enero y agosto de este año hubo 710 averiguaciones previas por este delito, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); ocho más que el mismo periodo del año pasado.

INSEGURIDAD EN TODO EL PAÍS

El pasado 27 de de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hizo pública la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (ENVIPE) 2016.

Según los datos de Inegi, en 2015, 23.3 millones de mexicanos fueron víctimas de hechos delincuenciales, y las cifras negras de delitos no denunciados fue de 93.7 por ciento a nivel nacional, mientras que en 2014 fue de 92.8 por ciento. Los delitos más frecuentes son el robo y asalto en vía pública, extorsión y fraude.

En algunas zonas del país, la violencia se recrudece y parece incontenible. Essta semana, Chihuahua sufrió 17 homicidios en menos de 48 horas; Michoacán no parece tener tregua en la guerra contra la delincuencia organizada; Veracruz vio la desaparición y homicidio de dos sacerdotes sin dejar de lado las jornadas sangrientas contra la ciudadanía, y en Guanajuato, la inseguridad acabó con la aparente tranquilidad de las comunidades de la entidad;.

Tamaulipas, por su parte, tiene más de 4 mil 500 muertos por la violencia en un período de seis años, y Morelos no deja de ser impactado por el crimen y horror de fosas clandestinas.

En la Ciudad de México, ciudadanos han denunciado a través de las redes sociales una serie de asaltos a plena luz del día. Apenas el viernes se registró otro asalto en contra un automovilista en Anillo Periférico, el cuarto en un mes.

De acuerdo con los datos del Observatorio de la Ciudad de México de Seguridad y Justicia (OCMX) los asesinatos aumentaron 6.94 por ciento en la capital del país en los primeros seis meses de 2016 en relación al mismo periodo del año pasado; los secuestros 4.55 por ciento; los robos a casa habitación crecieron 16.25 por ciento y los delitos sexuales un 41 por ciento.

“Mientras las cifras oficiales se vuelven la punta del iceberg de la crisis de inseguridad que atraviesa el país, a diario las balaceras, ejecuciones, secuestros y las fosas que se reportan en diversos estados refuerzan lo que casi el 70 por ciento de la población ve: el panorama no parece mejorar”, expone la Iglesia católica en su editorial.