Durante su paso por México en camino a Estados Unidos, el 90 por ciento de los migrantes sufre algún tipo de violencia “o le pasa algo”, aseguró Javier Martínez, representante jurídico de La Casa del Migrante. 

El problema, aseguró Martínez, es que ellos muchas veces no lo detectan hasta que lo narran en las entrevistas del albergue. Durante el trayecto algunos fueron víctimas de extorsión de alguna autoridad, asaltados por el crimen organizado o sufrieron algún secuestro. 

Entre los factores que impactan en el viaje no sólo se encuentran los hechos de violencia, sino también algunas inclemencias del tiempo, la falta de dinero para comprar comida durante el camino o la búsqueda de un lugar seguro donde dormir para evitar ser repatriados a sus países de origen. 

“Cuando ingresan a procedimientos ya sea de regularización migratoria, denuncias o quejas de derechos humanos también terminan como víctimas de la dilación de justicia; encuentran muchos obstáculos burocráticos por parte de migración y discriminación en algunos sectores”, expresó Javier Martínez. 

El representante jurídico de La Casa del Migrante también ha detectado que ante una emergencia, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) actúa de la manera más ordinaria y pasiva, pese a que puede existir un verdadero daño en la víctima. 

El Diagnóstico sobre la situación de las mujeres migrantes publicado en 2014 refiere que según la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Coahuila (CDHEC) se encuentra entre los 16 estados del país que concentran más riesgos para las personas migrantes. 

Tanto Saltillo, Piedras Negras como Acuña se encuentran entre los 71 municipios más riesgosos para los migrantes, pues organizaciones de la sociedad civil han denunciado en constantes ocasiones graves violaciones a los derechos humanos como: torturas, extorsiones y desapariciones.