¿De qué color es la realidad?

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¿De qué color es la realidad?

¿De qué color es la realidad? Ésta es una pregunta que revive el lado de poeta que todos tenemos. Nos rescata de la rutina marca “hormiga”. Un lado que, acompañado de la melodía, nos vuelve sencillos y personas con un interior tan valioso como la libertad de la emoción. Cuando nos inunda ese lado, nos libera, nos eleva, nos hunde en la experiencia de ser humanos.

¿De qué color es la realidad?  La que usted está viviendo hoy, en este momento.  No lo invito a regresar a un pasado en que hubo colores verdes luminosos que están escondidos en su memoria en miles de imágenes, personas, espacios y situaciones. Las bellezas de las experiencias del pasado sostienen cualquier presente por más difícil que sea. Nutren más que las “obras buenas”.

¿De qué color es su realidad presente? Esta pregunta es un reto a la sinceridad. Todos tenemos derecho a tener y vivir los colores que inundan nuestro corazón y nuestra mirada, sean los que sean. A nadie tenemos que pedir permiso para vivirlos. Tenemos derecho a ver con un rojo violento la corrupción que asesina cada día y mantiene el hambre, la enfermedad y el desempleo. Si nos invade el gris de la rutina sin imaginación, tenemos el derecho de buscar en la TV una luz que ilumine o emocione, aunque sea por un rato.

La realidad social que nos rodea no tiene color. La confusa y contradictoria vida política que nos rodea y que se anticipa en las elecciones de un mañana que nunca se acaba se nos presenta como un imprevisto de cada día. Sin embargo, los medios, los analistas, los intelectuales y los políticos la pintan con colores de un verde ingenuo o de un negro amenazante.

Las realidades académica, económica, laboral y familiar se presentan con una gama de colores que dependen de cada pintor que nos la pinte. Los más audaces insisten en pintar de verde lo aparente y tratan de contagiar su colorida visión a los que viven otra realidad con los colores de injusticia, violencia e ignorancia.

Sin embargo, usted y yo, mi querido lector, somos los responsables de pintar nuestra realidad. Hay un proceso psicológico que todos tenemos desde que nacemos. Se llama “percepción”. Mediante ella le damos un significado a las realidades en que vivimos y que experimentamos. Esta interpretación que hace cada quien de su realidad: positiva o negativa, optimista o pesimista, con esperanza o derrotado es el color que cada quien libremente le da a su realidad.

¿De qué color es la realidad? La respuesta depende de usted, no de los políticos, ni de los intelectuales o sabios o religiosos. Ese colorear es su responsabilidad, el ejercicio de su libertad y de su liberación. Del color negro o verde con que cada quien pinte su vivir depende la construcción o destrucción de su bienestar y de los demás. (Y no de quien gane el debate del domingo).