Kimberly Pearce, una mujer de 40 años, recientemente había tenido que tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: Sacrificar a su perrita de 13 años debido a complicaciones de salud.

Según la historia publicada en el Mirror, un periódico en línea del Reino Unido, Kimberly sufre de depresión y ataques de ansiedad y su relación con Sadie, la perrita que murió, era extremadamente cercana.

Su esposo vio que Kimberly no paraba de llorar, y decidió regalarle una cachorrita a la que llamaron Bella, para que le ayudara a disipar su tristeza. Sin embargo, Kimberly, necesitaba saber que Sadie la había perdonado por haber decidido su eutanasia, y así se lo pidió en una “conversación” espiritual que tuvo con la mascota.

“Necesitaba saber que estaba bien, que estaba en un lugar mejor y sin dolores, y ella me lo confirmó”, explicó Kimberly a el Mirror.

Ella atribuye la aparición de su perrita en el video como la respuesta que ella tanto buscaba. El video muestra a sus otros dos perros jugando (y a la vez se los ve actuando un poco extraño, como si percibieran la presencia de Sadie) y de repente aparece una extraña figura de la que Kimberly está segura de que se trata de su amada mascota.

Kimberly jura y perjura que nada de lo que había a su alrededor puede haber causado ese reflejo y afirma que se trata de Sadie que vino a decirle “estoy bien mamá”.

¿Existen los fantasmas?

Lamentablemente nuestra amiga la ciencia, quien es la encargada de decirnos si tenemos o no suficientes pruebas como para creer en algo, dice que no hay suficientes datos o pruebas para decir a ‘ciencia cierta’ que los fantasmas existen.

Como no existen, según la ciencia, ¿qué debemos decirles a los niños cuando tienen miedo o aseguran haber visto un fantasma o ‘monstruo’?

Al parecer y según los expertos, este es un tema que no debemos tomar tan a la ligera cuando se tarta de explicarle a nuestros hijos.

¿Hay que decirles que los fantasmas son buenos?

Un nuevo estudio publicado en el Child Development Journal, ha llegado a la conclusión de que dependiendo la edad del niño es lo que debemos hacer.

Los niños de 3, 4 y hasta 7 años, a pesar de ya poder distinguir entre la realidad y la fantasía, ellos prefieren que a lo ‘fantasma, dragones o monstruos’ se los presenten como algo bueno y positivo.

Según esta investigación, si nuestros hijos creen que hay un monstruo en el armario o debajo de la cama, es mejor que los padres no nieguen esa supuesta existencia, sino que sólo digan que ese ‘fantasma’ está allí para jugar con ellos (o algún comentario positivo por el estilo).

¿Hay que decirles la verdad?

Dawn Huebner, psicóloga y autora del libro “Qué hacer cuando te preocupas demasiado: Una guía para niños para vencer la ansiedad", está en desacuerdo con la teoría anterior.

Según Huebner, si los niños son lo suficientemente grandes como para saber la diferencia entre la fantasía y la realidad, como padres deberíamos explicarles que la imagen que ven o dicen ver no es real.

Huebner afirma que hay que sentarse con ellos y explicarle los elementos que lo hacen algo irreal e inexistente.

Es importante tener en cuenta la reacción de tus hijos ante las cosas que les asustan

El mismo estudio señala que los varoncitos son más propensos a querer enfrentar al fantasma, mientras las niñas, tienden a huir. Sin embargo, la mayoría de los expertos dicen que es mejor no fomentar el miedo a lo que no entienden, ni tampoco anular lo que ellos creen ver o percibir, sino más bien, hacerlos sentir que no es algo malo y que están a salvo.