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Jan Oblak va camino al trono
MADRID.- A Jan Oblak no le agradan demasiado las entrevistas. “Pero de vez en cuando hay que hablar con la prensa”, admite con una media sonrisa. En el cara a cara se muestra cordial y habla español con fluidez. Confiesa no haber escuchado la versión original del Obí, Obá, cada día te quiero más que el Calderón transforma en Obí, Oblak, cada día...cuando realiza una parada salvadora. “Tengo que escucharla, en el vestuario no me la han puesto nunca”, apunta.
Es muy respetado pese a su juventud. Simeone dice de él que es un tipo de perfil bajo que todavía quiere seguir aprendiendo. Los más veteranos le han visto levantarse tras pasar por situaciones de dificultad, como su fallido debut en un partido de Champions en Atenas en el que encajó tres goles en tres disparos. Ha logrado hacer olvidar a Thibaut Courtois y encaja bien que se le pregunte por su estatismo en la tanda de penaltis de Milán.
-¿Por qué portero?
Mi padre jugaba como amateur en un equipo de la Tercera División eslovena y él también era portero. Mis primeros recuerdos son siempre en los campos de fútbol, me ponía detrás de su portería y si él iba a la derecha, yo iba a la derecha; si iba a la izquierda, yo a la izquierda… No me gustaba cuando le marcaban goles, pero eso me hizo saber desde pequeño que el gol forma parte de la vida del portero. Luego, ya empecé a entrenarme con seis o siete años.
-Dice que no tiene ídolos.
Bueno, cuando eres pequeño siempre te fijas en los que están bien. Un año era Casillas, otro Buffon… Pero un ídolo quiere decir que quieres ser como él, y nunca vi a nadie para decir quiero ser como este o como aquel...
-Siendo aún juvenil, se iban de pretemporada por Europa y los entrenamientos estaban llenos de visores para verte
Todo pasó bastante rápido. Con 16 años ya estaba jugando en la Primera División de mi país, por eso se hablaba tanto de mí.
No era normal, pero con 16 años sentía que tenía cuatro o cinco años más. Siempre me he sentido mayor de lo que soy.
- ¿De dónde te vino esa madurez tan rápida y esa tranquilidad que muestras?
Por la educación y la formación que me dieron mis padres. Ellos también empezaron a vivir solos cuando eran jóvenes. Me parezco bastante a ellos.
Luego, la tranquilidad en la portería no sé de dónde me viene. Eso no se aprende.
-El portero más caro de la historia. El Atlético pagó 16 millones por ti al Benfica y ahora tucláusula es de 100 millones de euros.
Nunca he pensado en eso, más caro o más barato da igual. Lo que vale es lo que demuestras en el terreno de juego.
-¿Eres un portero de anticipación o de reacción?
Soy un portero que intento esperar lo máximo que puedo y después elegir. Cuando anticipas te puede salir bien, pero con jugadores de nivel es difícil porque te miran y esperan para tirarte a otro lado.
En el juego aéreo si puedes salir, sales, y si no, lo dejas para los defensores. No creo que sea un portero que anticipe mucho. Intento aguantar.
-Aguantar tanto te costó muchas críticas tras la tanda de penaltis de la final de Milán.
Eso dice toda la gente. Desde fuera se ve así, pero desde dentro es diferente. Lo que yo quería era pararlos todos, no me salió bien. Milán ya pasó. Ya no puedo hacer nada, espero que tengamos otra oportunidad para ganar la Champions. Es futbol, es la vida y hay que levantar la cabeza y seguir siempre hacia adelante.