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Sordos de Coahuila piden mayor inclusión en la sociedad
Saltillo.- Este domingo se realizó la marcha de personas sordas, encabezada por la Asociación de Sordos Coahuilenses, en el marco de la Semana Internacional de las Personas Sordas 2016 que se celebró del 19 de septiembre al 25 del mismo mes.
Adultos, jóvenes y niños que presentan sordera, se dieron cita ayer en la Iglesia de la Santa Cruz, donde el padre Pedro Pantoja, ofreció una misa para bendecir al contingente de 50 personas antes de partir en una marcha con camino hacia la Plaza de Armas.
Al momento de querer dar inicio, los organizadores se percataron de que las unidades de Policía de Tránsito Municipal que habían solicitado para salvaguardar su integridad a lo largo del trayecto, hicieron caso omiso al llamado y tuvieron que avanzar custodiados por uno de los miembros de la asociación.
Pese a los obstáculos, el grupo de personas llegó a la plancha principal de la plaza después de un largo rato de sol, con globos, pancartas y haciendo una seña específica, que traducida decía: “Todos somos iguales”.
El objetivo principal de esta marcha fue hacer un llamado tanto a la sociedad civil, como a las dependencias de Gobierno, a que las oportunidades de acceso al trabajo, derechos, apoyos y educación efectiva sean iguales a las de la sociedad oyente.
“Falta atención y apoyo del Gobierno, por eso necesitamos que todas las personas nos vean y se sumen a nosotros. Necesitamos que donde quiera se usen señas, en primer lugar, queremos educación para poder avanzar”, comentó mediante señas, la contadora Aline Ortiz de Montellano, presidenta de la asociación.
Además, Ortiz de Montellano, comentó que en Saltillo actualmente existen más de 850 personas sordas, que carecen de las mismas necesidades, pero los principales problemas se encuentran en las escuelas, cuando los alumnos tienen que empezar desde cero en cada ciclo por falta de capacitación de los maestros.
Por otro lado, Rocío Altamira, la madre de Ángel, un niño con sordera, comentó que la situación es difícil para los padres desde que empiezan el proceso de aprendizaje del lenguaje con señas.