¿De qué hablaron Peña y Rubén en Los Pinos?
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¿De qué hablaron Peña y Rubén en Los Pinos?
Pocos se dieron cuenta, pero el pasado 15 de julio el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, fue citado de urgencia en Los Pinos por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Lo anterior no tendría mayor relevancia de no ser porque, tres días atrás, Peña estuvo en Piedras Negras para inaugurar instalaciones militares. ¿Y no pudieron aprovechar esa ocasión para hablar?, ¿por qué se volvió necesaria y apremiante la comparecencia de Moreira en
Los Pinos tres días después y a solas, “alejados del bullicio de la falsa sociedad” como dijera José Alfredo?
De acuerdo con un boletín de prensa publicado el 15 de julio por la Unidad de Comunicación Social del Gobierno del Estado, la “reunión de trabajo” duró “más de dos horas” y, entre otra información escueta, genérica e intrascendente que reseñan, mencionan que ambos políticos hablaron de “una próxima visita” del Presidente a Coahuila.
Extraña posibilidad considerando que 72 horas previas, reitero, había estado en Piedras Negras. Incluso antes de su arribo la administración estatal colocó anuncios espectaculares sobre la carretera 57 que literalmente decían: “Peña: gracias por la paz”, los cuales fueron el hazmerreir nacional en redes sociales el tiempo que permanecieron instalados.
Pero aquí viene lo interesante: la versión que informó acá Rubén acerca del encuentro, y lo que dijo allá Peña respecto del mismo, no coinciden entre sí. Me explico.
Según la Presidencia de la República, no hay evidencia documental de la reunión pese a que, por protocolo, la Coordinación de Crónica Presidencial y la Coordinación de Comunicación Social debieron dejar por escrito un documento que hiciera constar el encuentro entre ambos, como señala el Reglamento de la Oficina de la Presidencia de la República.
Ni la Secretaría Particular, ni la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería General de la República, ni la Coordinación General de Política y Gobierno, ni la Coordinación de Asesores ni la Jefatura de la Oficina de la Presidencia dan informes de lo que ahí se trató. No hubo un comunicado oficial de Presidencia ni alusiones en ningún medio de comunicación. Nada.
En cambio entregaron a quien esto escribe un manuscrito sin membretes, al cuarto para las 12 –literalmente– de vencer el término legal que, justo es decirlo, ya había sido prorrogado por 30 días extras al plazo original de respuesta (30 días).
En el citado documento, registrado con el folio 0210000095716, declaran la inexistencia de la información solicitada “en virtud de que no se localizó alguna evidencia documental en que conste la misma”, luego de hacer “una búsqueda exhaustiva y razonable en los archivos”.
La transparente manera de negar información.
No hay que perder de vista un detalle: Peña y Moreira son autoridades y están utilizando recursos públicos para tratar asuntos privados.
¿Por qué no debería ser divulgada esa información entonces?, ¿por qué es tan difícil hacer coincidir los hechos reales y los hechos oficiales?, ¿por qué el sigilo?
Y aquí caben todas las especulaciones posibles. A fin de cuentas los vacíos se llenan.
Por lo demás, Peña Nieto no suele recibir en privado a todos los gobernadores en la residencia presidencial. Basta ver la hemeroteca de comunicados oficiales para verificarlo.
En 2016, por ejemplo, ha sido anfitrión –por cortesía, básicamente– de seis mandatarios electos el 5 de junio (Francisco Javier García Cabeza de Vaca, José Rosas Aispuro, Javier Corral, Carlos Joaquín, Omar Fayad y Alejandro Tello), y de dos más en activo (“Malova”, de Sinaloa, y “El Bronco”, de Nuevo León).
Con todos ellos se tomó la foto oficial estrechando la mano. Con Rubén, en cambio, marcó distancia. Y ese detalle, aunque pareciera intrascendente o frívolo, en el lenguaje no verbal priísta simboliza mucho.
Cortita y al pie
Cada entidad es autónoma y tiene agenda propia, por supuesto. No todos los titulares del Ejecutivo tienen por qué hacer citas con el Presidente y su nivel de interés tampoco tiene porqué ser el mismo.
Sin embargo, llama la atención el trato específico y apresurado que se dio en Los Pinos al Gobernador de Coahuila. ¿Algo sabe Peña que nosotros no, y que se originó en San Antonio, Texas días antes de su reunión?
La última y nos vamos
Tan sencillo: si las explicaciones oficiales no coinciden entre sí, ¿por qué habríamos de dar por válida alguna de ellas?
@luiscarlosplata