Avengers: la era de Trump
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Avengers: la era de Trump
La de los “Avengers” es, a no dudarlo, una de las sagas cinematográficas más exitosas. La reunión de súper héroes para enfrentar amenazas alienígenas –o golpearse entre ellos– concita el morbo colectivo y la fanaticada no duda en abarrotar las salas de cine para verles salir airosos de las más improbables –y peligrosas– situaciones.
Y bueno: la saga tiene otros “imanes” para atraer a los cinéfilos: los hombres somos arrastrados a la taquilla por los encantos de la señorita Scarlett Johansson y las damas cautivadas por la arrogancia –y la apariencia también, según parece– de Mr. Robert Downey Jr.
Se trata, como diría el hoy olvidado George de Polanco, de una combinación ganadora, de un elenco irremediablemente condenado a la victoria, de un conjunto capaz de derrotar a cualquier enemigo… Y, al menos hasta ahora, lo han logrado. Han sufrido, pero lo han hecho.
En la semana, sin embargo, los “Avengers” –acompañados de algunos amigos no necesariamente poseedores de súper poderes– seleccionaron a un nuevo e inusual adversario, quien puede convertirse en su mayor desafío hasta ahora. De la mano de uno de sus directores en las pantallas, el cineasta Joss Whedon, los personajes de Marvel le han declarado la guerra al más impresentable de los políticos del siglo XXI, al villano del peluquín, al hombre de “las mejores palabras”: Mr. Trump.
El primer reconocimiento obligado para este conjunto de protectores de la humanidad es el estilo. No mencionaron su nombre, no hicieron referencia a su partido, no lo describieron físicamente… Pero todo mundo sabe de quién están hablando, cualquiera reconoce la humanidad a la cual van dirigidos los obuses.
De hecho, los vengadores aparecieron en la arena de la política –esa “guerra continuada por otros medios”, según Clausewitz– con la elegancia de los demócratas químicamente puros; es decir, presentándose a sí mismos como héroes cívicos pues, en esencia, su mensaje se limita apenas a lanzar una convocatoria a su compatriotas para enlistarse en las filas de su ejército y prepararse… ¡a votar!
La declaratoria de guerra, sin embargo, estaba claramente implícita y no hay lugar para la duda: probablemente nunca sabremos si los “Avengers” son fans de Mrs. Clinton, pero se han propuesto desbarrancar a su principal oponente, lo cual se traduce en un hecho material concreto: sus energías estarán –así sea indirectamente– orientadas a convertirla en la primera mujer en ocupar el sillón principal de la Casa Blanca.
Como en las mejores escenas de las películas o las series épicas, el escuadrón de Marvel –con o sin permiso de la marca– apareció en el momento preciso para reforzar la lucha contra el lado oscuro de la fuerza.
Y vaya si se requería su presencia, pues pese a la increíble vocación del señor Trump por decir estupideces; pese a su sobrenatural capacidad para mentir sin parpadear; pese a su vomitivo discurso xenófobo, simple y sencillamente nadie ha logrado descarrilar su campaña.
Hombres de la agudeza mental de John Oliver prácticamente se han desgañitado intentando convencer al respetable del auténtico suicidio representado en la sólo posibilidad de permitirle a “Mr. chapter eleven” gobernar un condado de los Estados Unidos durante media hora (no podemos darle una hora completa porque comienza a deportar gente).
Curtidos políticos del partido republicano sucumbieron, uno a uno, frente al hombre del perfecto bisoñé; todos los pronósticos de los más sesudos analistas se han estrellado hasta ahora contra la pared e incluso de la esquina hacia donde más veces ha dirigido su vómito –la mexicana– ha recibido ayuda para impulsar sus aspiraciones.
En algún momento comenzó a parecer cierta una de sus más estúpidas afirmaciones, realizada durante un acto de campaña en Iowa: “podría pararme en medio de la Quinta Avenida y disparar a alguien, y no perdería ningún votante”, dijo ante un auditorio cuya reacción fue el aplauso atronador, unánime, inmediato.
Lo mexicanos, vale decir, contábamos –hasta hace poco tiempo– con el arma perfecta para detener a este villano posmoderno, pero desgraciadamente se nos murió. Si no fuera por el inoportuno destino, a estas horas el Chapulín Colorado estaría haciendo papilla el copete de Mr. Trump a base de chipotechillonazos.
Pero ya no lo tenemos y entonces debe echarse mano del mejor recurso a la mano… Y el mejor recurso a la mano es la combinación de la fuerza imparable de Hulk, el sarcasmo intolerable de Ironman, el escudo indestructible del Capitán América, la puntería inigualable de Ojo de Halcón y las curvas absolutamente mortales de la Viuda Negra.
Solamente los “Avengers” pueden salvarnos. Veremos cómo les va en ésta, la más inesperada de las entregas de la saga. Desde esta columna les echaremos porras, pues si ellos no paran a Trump toda esperanza estará perdida… Y nos veremos obligados a acudir a DC Comics.
¡Feliz fin de semana!
@sibaja3
carredondo@vanguardia.com.mx
Carlos Alberto Arredondo