Después de tocar fondo La vida sigue: Crstina De La Torre
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Después de tocar fondo La vida sigue: Crstina De La Torre
Cristy charló en exclusiva con 360 sobre su primer libro “Cristy. No sabía amarme”, el cual cuenta la historia de una mujer que pudo superar las adversidades, sus miedos y adicciones con la ayuda correcta
“Estuve en el infierno y es peor de lo que cualquiera se puede imaginar , no es una pesadilla, y ni un mal sueño, es casi la muerte.
Es estar sola como quien está sin amigos, ni amor, ni Dios, ni nada, es un martirio cotidiano, es el hueco del dolor todos los días, no hablo de fuegos eternos, sino de la muerte en vida, de la perdición”, fragmento de “Cristy. No sabía amarme”.
EN CARNE PROPIA
La adicción es una enfermedad que afecta al cerebro. El origen de la adicción es multifactorial involucrándose factores biológicos, genéticos, psicológicos, y sociales.
Los estudios demuestran que existen cambios neuroquímicos involucrados en las personas con desordenes adictivos y que además existe predisposición biogenética a desarrollar esta enfermedad. La adicción es una enfermedad tratable y la recuperación es posible.
Esta es la definición que cualquier persona con acceso a Internet puede encontrar, un contexto teórico que nos ayuda a poder crear nuestro imaginario acerca sobre este tema. Pero en esta ocasión lo teórico no es lo que cuenta, sino lo práctico, no existe mejor forma de abordar este tema que por la experiencia y vivencia de un adicto en rehabilitación.
360 charló con Cristina de la Torre, una mujer que busca ayudar a las personas en problemas de adicción, contándoles su historia, su toque a fondo y su indudable emerger a una mejor vida en su reciente publicación editorial: “Cristy. No sabía amarme”.
Este es un libro que trata de mis experiencias con las adicciones. Comencé comiendo compulsivamente, luego pase a la anorexia, bulimia, alcohol y por último, las drogas; en este libro a parte de contar mis vivencias con cada una de estas adiciones, trato de explicar qué es lo que pasa con esta enfermedad tan estigmatizada. La idea es que las personas dejen de pensar que los adictos están mal, que se deje de satanizar; y una forma de hacerlo es hablando de cómo se siente y que situaciones de vida va experimentando. Un adicto llega a esta condición, en un 10% por culpa de la droga y el otro 90% es culpa de las emociones que lo llevaron ahí”, explicó Cristina de la Torre.
PERSONALIDAD ADICTIVA
Cristina explica, que las adicciones pueden afectar a hombres y mujeres de cualquier edad, nivel de educación o clase social. Una adicción es cuando la persona siente el deseo incontrolable de recurrir al consumo de determinadas sustancias, por lo general químicas, aunque también se incluyen conductas que atentan contra la salud. Es decir, la persona adicta a una sustancia o conducta no puede controlar el deseo de utilizarla. La adicción al alcohol y las drogas debe ser vista como un problema que afecta no sólo al que se intoxica con esas sustancias, sino como un conflicto de todo el grupo familiar al que pertenece el adicto.
“Para tener una personalidad adictiva, se tiene que ser hipersensible, esto es experimentar las emociones con un matiz afectivo exagerado. Si es una tristeza es depresión, si es alegría es euforia, el adicto no encuentra puntos medios, ni grises, solo blanco o negro. Sus emociones son una montaña rusa.
No siempre encajan en los círculos sociales, son expertos en leer las emociones de los demás y camuflar las de ellos. En mi caso, la gente nunca se imagino cómo me sentía, parecía una mujer muy segura, iba dibujando por el mundo una sonrisa pero por dentro estaba muy sola y deprimida”, comentó Cristina.
EN LA CAJUELA
Cuando una persona tiene una adicción, su sueño es: “un día voy a hacerlo como la gente normal, sin tocar fondo y la verdad es que una no es ninguna y mil no son suficientes”, explicó Cristina.
“Tuve la suerte de caer con gente que conocía de esto, pero también cuando yo estaba negada a dejar de drogarme fui con gente que me daba por mi lado, había un psicólogo que me quería enseñar a drogarme y tomar moderadamente y eso no se puede”, contó De La Torre, quien sabe que al tocar fondo las personas se encuentran.
Tocar fondo quiere decir encontrarse frente a frente con tu realidad; descubrir que se es responsable de su vida y de las cosas que has hecho así como de las que has dejado de hacer.
Como ya vimos, las personas cercanas tratan de “cubrir” en una especie de burbuja al enfermo, y esto le causa una visión distorsionada de su realidad. Si tiene quien lo cuide, lo proteja, lo mantenga y dé la cara por él, nunca se dará cuenta de su realidad y no podrá luchar por tomar la responsabilidad de su vida en sus propias manos.
Se toca fondo cuando se ha perdido o se está perdiendo lo esencial en la vida: la familia, la dignidad, la salud o la libertad, cuando ya no se puede más.
Siempre hay una fórmula para ayudar a que los adictos encuentren su fondo, a que se encuentre con su realidad, a que puedan sanar sus vidas.
“Estuve en tres centros de rehabilitación, el primero fui a esconderme en una situación que viví, que si quieren saber cual es deben leer el libro, luego mis papás me despertaron y me dijeron que hiciera mi maleta que me iban a internar, yo iba a convencido a tomar la ayuda pero no deja la adicción, convencida porque ya había tocado mi fondo de sufrimiento, yo ya me iba a morir, fui al centro con el deseo de dejar de consumir, pero no salí del autoengaño, la idea de que mi problema eran las drogas pero el alcohol no”.
La revelación es esencial para la rehabilitación de un adicto, pero encontrarlo en la cajuela de tu coche no es la mejor forma.
“También toqué un fondo de sufrimiento con el alcohol, me derrotó; yo se que mi tendencia era a engancharme con sustancias o con comportamientos que produzcan un placer, el adicto busca una sensación de placer, pero después del autoengaño mi toque fondo fue cuando acabe enjaulada en la cajuela de mi coche.
DE UN MUNDO DE ILUSIONES A UNA REALIDAD DE ESPERANZA
El adicto vive en una doble ilusión creada por su adicción, muchos logran salir con la ayuda adecuada, mientras otros no encuentran la luz nunca.
“Ahí me cayó el veinte de que yo no podía seguir así, había un centro de rehabilitación en Arteaga, y busque hacer mi servicio social ahí, le comenté al director clínico que yo no venía a hacer prácticas sino ayudarme, ahí conseguir controlarme, gracias a la gente creyó en mí puedo decir que hasta el día de hoy estoy limpia”, explicó sonriendo Cristina.
Cristina, quien lleva varios años libre de adicciones, explicó a 360 que no se arrepiente de nada, ya que la nueva Cristina ha logrado ayudar a cientos de personas con problemas de adicción.
“La mitad de la población se ve afectada por alguien con adicción, esta es una bronca que afecta mucho al tejido social y el objetivo es que las personas sepan que hay que hacer. Que la gente le pierda el miedo y sea más consiente, cualquiera puede ser adicto, es un cáncer del alma.
No me arrepiento, vivía en una burbuja, odiaba el mundo en el que vivía porque era muy superficial y banal, esta era una ciudad donde todos eran perfectos, me parecía hasta falso, me llegue a poner máscaras, pero me canse de eso y ahorita soy completamente yo; y me caigo muy bien, me encontré y salí de esa burbuja y me encanta estar donde estoy parada”, finalizó Cristina.
¿Quién es Cristina?
Cristina de la Torre es una psicóloga especialista en adicciones y psicología Guestalt y además como ella mismo lo menciona una “adicta en rehabilitación”.
“Cristy. No sabía amarme”
-El martes 20 de Septiembre en punto de las 19:30 horas Cristina de la Torre presentó su libro “Cristy. No sabía amarme”, frente a decenas de saltillenses en las instalaciones del Museo de las Aves de Saltillo.
-De igual manera Cristina participa en congresos y charlas para la prevención de las adicciones; este pasado 22 de septiembre realizó una conferencia dentro las jornadas del Congreso de la Mujer en Saltillo.
-Para poder conseguir el libro puedes ingresar a la pagina de Facebook: “Cristy. No sabía amarme”, y solicitarlo.